viernes, 7 de mayo de 2010

La Rosa Esotérica



ROSA ESOTÉRICA


 


Arnold Krumm - Heller


(Huiracocha)

Dr. Arnold Krumm-Heller (1876-1949)

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A WELEDA


Quiero llegar a ti. Realizar el misterio


Magno de concretar mi divina ilusión…


Quiero llegar a ti, pulsando en mi salterio


La dulce melodía que está en mi corazón.


Jesús Álvarez Ponce


 


 


LECTOR 5


EXALTACIÓN MÍSTICA 6


TU LIBRO 8


TU PIEDRA 9


TU RITMO 10


TU SERENIDAD 11


TU RUTA 12


TU ALMA 13


TU REGLA 14


ASÍ FLORECERÁN TUS ROSAS 16


LA ROSA 18


LA ROSA COMO EMBLEMA 20


LA ROSA COMO SÍMBOLO 24


LA LEYENDA DEL SANTO GRIAL 26


EL ASNO Y LA ROSA 29


EL AMOR Y LAS ROSAS 31


EL SIETE SIMBÓLICO Y LA ROSA 33


METAMORFOSIS DE LA ROSA 35


LA ROSA Y NUESTRA PROPIA FISIOLOGÍA 37


SOLVE ET COAGULA 40


EL OPTIMISMO, LA MÚSICA Y LA ROSA 43


INICIACIÓN 45


LA ROSA Y LA VERDADERA ORACIÓN 46


EPILOGO 48


 


 


 


LECTOR


Para que la LUZ se haga en tu sendero,


Camina despacio…


No es éste un Libro más.


Merece que tus oídos oigan y tus ojos vean.


Dispón tu Espíritu a recibir estos ritmos


Filosóficos donde alienta la bella poesía


de la Forma.


Si meditas, tendrás la intuición de la


UNIDAD y siete veredas mágicas se abrirán


a tu paso.


Esos son, los siete benditos caminos de DIOS.



 


EXALTACIÓN MÍSTICA


¡Parla! Santo Silencio de mi vida, oquedad recóndita de mi espíritu, donde una nota mística pugna por dar el brote de aquella Melodía que presiento…


¡Parla! Dulce Nota, en el santo silencio de mi Silencio Santo, en la santa oquedad de mi callado espíritu. Allá en las profundidades de Thule lejana que mora en mí, para que yo te escuche y oiga tu voz, tu sonido, tu melodía y sienta el gozo inefable de sentirme infinito…


¡Parla! Santo Espíritu, Divinidad oculta, Mágico Loto que te abres en mitad de mi existencia, para sentir el dulce Shámadi, el divino transporte de aquellos que han vivido en olor de Santidad…


¡Parla! Y libre de mis pecados -porque fueron pecados de inconscienciarozaré la cima de Francisco de Asís… y será Teresa y será Juan de la Cruz, los dos Guardianes de mi sendero dentro de la noche oscura y procelosa de mi alma.


¡Parla! Porque advierto y veo más allá, de no sé qué caminos, como una vida extraña… ¿Es acaso mi misma vida? Tal vez. Pero, ¿qué fui? Sin embargo, sé que es mi vida. Y fui en ella, pequeño o grande, mísero ignorante o genio inmortal, mendigo o potentado… Yo no sé. Sólo observo, tras esa ruta clara, una gran inmensidad, un gran pueblo, un gran río y un algo infinito y eterno. ¡Un algo infinito y eterno donde yo he vivido! … Y quiero recordar y es tan grande, tan máximo el recuerdo, que tiemblo de emoción.


¡Parla! Porque yo soy pecador… Verás. Yo soy pecador, porque hay una causa en mí, genésica, sexual, primitiva, que me impulsa, me arrastra… Se me ofrece la dádiva y como Eva, ante la Manzana Simbólica, claudico. Pero dentro de esta claudicación, en esta claudicación misma, para consumarla, mis ojos lloran lágrimas amargas. No quiero y quiero a la vez. Puede más en esta lucha el Volo animal… Pero he de sahumar mi triste claudicación, mi pobre flaqueza, con todo el sentimentalismo de mi alma. ¿Demonio? Sí. Y mientras lo soy, beso las manos del Angel que me cobija con sus alas bienhechoras.


¡Parla! Porque yo noto que en mi mente va un algo extraño. Yo no sé definir… Dos alas de luz de Luna, se tienden a la diestra y a la siniestra. Una Estrella pentagonal, surge en el instante y un claro azul inmaculado la rodea.


Brilla un momento, se concreta en toda su magnitud y luego se desdibuja… ¿Es mi forma de pensamiento? ¿Es un mensaje que alguien me envía? ¿Es que mi mente tiene esa forma gráfica, matemática, numérica de condensarse? Yo no sé, no sé definir…


¡Parla! Porque los que me ven, los que me escuchan, no sienten como yo y se tornan incomprensivos… No saben cómo es y a cuánto alcanza este sentimentalismo mío, habitual, que abre hondos surcos en mi alma y mi propia alma trata de abrirlos en la de los demás…Pero los demás tienen otra nota vibratoria distinta y no comprenden. Creen que es un síntoma morboso, como el de la Neurastenia, y esperan que cualquier día, yo mismo, ponga a mi vida el trágico epílogo de Werther. No. ¡Pobres de ellos! Se equivocan. Ignoran que quien así piensa y quien así siente, acepta con santa unción su propio sufrimiento y sabe resistir y afrontar la vida, que es más héroe aquel que la sufre con todas sus amarguras que el que le pone un prematuro epílogo.


¡Parla! Porque mi vida necesita de tu Voz Santa preludiada en el Santo Silencio de mí mismo. Porque yo ansío y preciso, súbito ya como un relámpago, algo en mí que sea Cumbre, que traiga Cima, que sea como un Himalaya gigantesco coronado de nieve… Pero algo, en fin, donde ascender, donde alzarme, donde subir para sentirme inmenso y percibir ese gozo inefable de palparme infinito… Donde mi propia voz hable un idioma trascendente que entiendan todas las edades y donde mis ojos no sepan de los tres enigmas del tiempo. Que Pasado, Presente y Porvenir, sean una sola cifra y un solo instante del Todo, para vivir en el instante supremo de ese instante…


¡Parla! Porque mi vida -yo no sé qué es de mi vida- tiene para mí una extraña visión. Se me aparece en símbolo y es un dedo mágico, invisible, quien me señala el emblema… Mira, alguien me dice: Tu vida es eso. Y una Rosa magna, esplendente, de cinco pétalos gigantes, se abre ante mí y sus bellos matices -que no son de este mundo- me fascinan, me hielan. Tras de esos cinco pétalos, otros cinco y otros cinco y tantos otros después… y noto que mi cuerpo se adormece, que mi vida se va, que cesa, que se acaba… Me siento morir y resbalo lentamente a lo infinito cuando aún es prematuro el viaje. En mitad de la Rosa, un dibujo en zigzag. ¿Es Kundalini? ¿Es la princesa dormida bajo la caricia del Loto? ¿Es la Sierpe de fuego, la Llama serpentina que ha de surgir en mitad de la Rosa?


¡Parla! Voz diáfana, que escucho en mi silencio. Sé pródiga y no cauta. Es tanto lo que sufrí que ya merezco tu dulce melodía. Háblame con claridad precisa, con clara y precisa claridad, y dame tu Mantram sonoro, tu nota nítida, pura, para que yo pueda despertar en mi alma el Sancta Sanctorum divino que, dentro de mi Arca yace esperando la palabra poderosa que rompa el hermetismo de su prieta cerradura…


¡Parla! Porque…


Dr. Gnóstico



 


TU LIBRO


Ten este Breviario Filosófico.


Por encima de la Filosofía de la Vida, más allá de cuanto sepas, sobre todos tus conocimientos, ten este Brevario Filosófico…


Escógelo entre muchos, silenciosamente…


Selecciónalo entre todos, calladamente…


Búscalo entre la multitud de los otros Libros, sin decir cuál prefieres… El surgirá como si tuviera un alma y se vendrá a tus manos lleno de alborozo porque estaba hecho para ti.


No importa cuál sea su tendencia, si está en armonía con la tuya. Lo más sublime, lo más bello, es que ambos seáis UNO en la quietud de cada instante y en el hilo angustioso de las horas.


Y cuando lo cierres, cuando lo dejes abandonado, cuando lo arrojes sobre tu mesa o lo pongas sobre tu estante, allí quedará, mudo, en silencio, pero dulce y sonriente como una lógica prolongación tuya.


Vive tu vida, sea cual fuere…


No te detengas en el sendero, si es que llevas un camino…


Pero en todo momento de soledad azoten los vientos o vengan brisas suaves, tengas tumultos internos o alegrías infinitas, recurre… recurre siempre a este Libro…


El te dirá cuál es la hora magna, el instante cumbre…


Cuándo las tinieblas han de oscurecer el Sol de tu Vida y cuándo ha de hacerse Luz en mitad de tus sombras.


El te abrirá su taza de mármol, como una Fontana, para que calmes tu sed.


El se dejará censurar…


El se dejará aplaudir…


El será todo para tu Alma.


El tiene la última palabra.


ES LA ROSA.


Y siempre te dará la Clave de todas tus desventuras.



 


TU PIEDRA


Tú tienes una piedra…


¿No lo sabías?


Sí, mira.


En los bajos fondos de ti mismo, más allá de tu entulticia, incrustada en el muro de tu propia subconsciencia, hay una Piedra…


Bruta, fría, impasible, con la dureza del más duro mármol, con la tosquedad rocosa…


Pero… tienes una piedra ignorada y no la ves, no la percibes, no la palpas, no sientes sus efectos y, sin embargo, vive… vive allí en la Soledad de tu caverna, esperando el instante de ser labrada.


Se te puede pasar la vida -este efímero tránsito- ignorando siempre su existencia y ella habrá esperado inútilmente que tu interna mirada la haya descubierto en la monotonía de su larga espera…


Si la dejas estar, si no la despiertas, si no la abras, si ha de continuar con ese sueño extático… cuando ya no existas, cuando dejes de ser, tornará al montón de tantas piedras como quedaron en el camino, yerto bagaje de los que hicieron como tú…


Si, en cambio, no quieres que duerma.


Si tratas de despertarla porque un dolor o una pena honda dieron conciencia a tu vida.


Si intentas bucear dentro de ti mismo y consolarte con las grandezas de tu espíritu para enjugar internamente tantas y tantas lágrimas que no pudieron secarse al exterior.


Entonces…


Suspira profundamente, llama en el cerrado Mesón de tus causas interiores y busca tu Piedra…


Es tosca e imperfecta, ¿verdad?


Pues hazle saltar las primeras lascas para irla moldeando, pero…


Hazlo con cuidado, con AMOR…


Que en la Piedra que tocas, está la Rosa, el Tesoro de tu propia Alma.



 


TU RITMO


Antes de que hables, pregúntate.


Lo que voy a decir, ¿es útil?, ¿es bueno?, ¿es verdadero?, ¿es armonioso?


Cuando no puedas contestar afirmativamente a estas preguntas, desciende al fondo mismo de tu conciencia.


Parla, estudia, ve, observa, medita y pon una nota, una larga nota de silencio, al agrio diapasón de tus propias sugerencias…


Si lo que vas a decir no tiene un ritmo perenne de armonía, súmete bajo tu capa y destruye en silencio tu propio acorde disonante.


Fíjate que todo en la Naturaleza es ritmo…


Que todo es Armonía…


Cada palabra que salga de tus labios como filo tajante que impulse tu pasión, quiebra esas Leyes… Y el Alma muda, silenciosa, de las cosas mismas, se resiente y quebranta en su rítmico concierto…


Con la piedra que arrojes, turba el arroyo su augusta placidez.


El pájaro se espanta…


El nido tiembla en la floresta…


La brisa se rasga…


El lobo aúlla y lanza un gemido de angustia.


¡El hombre se conmueve!…


No turbes, no, el ritmo santo de la Obra de Dios.


Cada rosa que cortes del rosal, es una vida que siegas, es un perfume que matas.


Cada flor que tronches en mitad de su esplendor, te ofrecerá otras tantas espinas para punzar tu carne reflexivamente…


Esta será tu remuneración…


Parla, estudia, ve, observa, medita…


Si lo que vas a decir no es útil, no es bueno, no es verdadero, no es armonioso, acalla tus propias sugerencias…


Pon una nota de silencio en tu agrio diapasón.



 


TU SERENIDAD


Aplaca el tumulto de tu propio ruido.


Acalla esas voces interiores que te asedian, los gritos que te conmueven y sé sereno…


Sé sereno, y escucharás la voz inaudita, el eco síntesis de todas tus voces, la nota singular que te caracteriza y estarás apto para aplicar tu oído al vasto pecho de la Tierra y escuchar los cien mil latidos de sus cien mil corazones minúsculos…


Singularizarás la vida múltiple. Llevarás a la unidad millones y millones de sumandos y terminarás por reconocer UNA SOLA VOZ entre todas tus voces…


Es preciso que tus sentidos se vayan afinando, se vayan sutilizando como los del Artista, para que comiences a ver hacia adentro…


Tienes que reconocer que todas las cosas llevan una fisonomía especial y una vida poderosísima. Que todo tiene un matiz único y un alcance energético. Que todo Es como Es y no como nuestra mediocridad sentimental lo percibe.


Para hablar del cielo, del mar, de la montaña, es preciso analizar sus infinitas estructuras maravillosas y el milagroso enredo de sus secretos ritmos.


Para citarlos, tan sólo, como simples aglomeraciones de materia o equilibrios de fuerza, vale más no hablar del cielo, del mar, de la montaña.


Para auscultar estos latidos minúsculos del Universo, como sus íntimas pulsaciones, necesitamos un nuevo sentido y un nuevo prisma.


Los que nos legaron, sólo sirven para distinguir las grandes líneas, los marcados relieves…


Si pretendes que este sentido se sutilice. Si quieres que este prisma se concrete, que la Rosa florezca, sé cauto y en el silencio de tu pro pio espíritu, acude a tu propia serenidad…



 


TU RUTA


Como un navío en alta mar, cada uno de nosotros lleva su ruta…


Pero… ¿cuál es esa ruta? ¿Qué carta misteriosa la describe? ¿Qué afanes biológicos la impulsan?


¡El hombre no se da cuenta! No ve, no oye o no percibe…


Ir por un camino sin saber su finalidad, no es un camino. Ir por una ruta sin saber dónde nos lleva, no es una ruta.


Todo nuestro afán, como la nave, es apartarnos, huir de la línea de derrota, mientras que el Capitán -nuestro propio Capitán con todo esfuerzo- se obstina en enmendar el desvío.


Sin embargo, seguimos con la obsesión de este afán, olvidando que la ingente brújula del Tiempo, a pesar nuestro, va marcando el camino, justo, adecuado, preciso y hemos de llegar -muchas veces al puerto que nos queremos pero hemos de llegar por una Ley infalible, por un designio inmutable…


Pero si el hombre se diera cuenta, percibiera el Ritmo de las cosas, se internara en las Causas y la comprensión entrara en él, reconocería que nuestra pluralidad es parte integrante de la Unidad circunstante y que todos nosotros no somos otra cosa, que innúmeras piedras justas, bien medidas, bien delineadas, cuyos materiales han de formar parte de un gran conjunto, el Templo inmenso de la Naturaleza.


En la formación de este conjunto, ¿podrá ocupar piedra alguna lugar distinto del que le está destinado?


……………………………………………………………………………………………


Como un navío en alta mar, cada uno de nosotros lleva su ruta…


La falta de concordancia con este principio, la negación a la Ley -el desvío de la línea de derrota- es la causa de todos nuestros males haciendo de nosotros la Veleta que en la noche tormentosa está a merced de todos los vientos…



 


TU ALMA


Está en tu propio vaso, en la férrea prisión de tu propia cárcel, hundida en ti como en un abismo.


Sientes que una poderosa hélice impulsa tu nave…


¿Dónde va?


Tú mismo lo ignoras.


Pero sigues tu camino, pausado o vertiginoso, en busca de un puerto que no conoces.


Esta es tu ruta…


Sientes tu dolor o tu felicidad, tu amor o tu odio, tu compasión o tu rencor y creces, te desenvuelves, alientas, cambias de situaciones, de células. Enfermas o la salud te inunda, y llegas a morir sin que sepas qué es y cómo se llama ese Principio en ti que todo lo mueve, que todo lo inunda y lo hace funcionar con poderoso dinamismo, tejiendo y destejiendo tu vitalidad moral y fisiológica, como la vieja Hilandera al borde del camino…


Y hasta sientes que muchas veces te habla, te aconseja, te previene, con ese lenguaje mudo, sin palabras, de la premonición o de la intuición…


Mira.


Como el agua es inconsciente de la sal que contiene, así el hombre camina ignorando que en su propio vaso hay un agua de vida donde químicamente está diluido un Principio que no conoce…


Si sobre el agua salina apresta el Sol sus densas calorías, llegará un momento en que la sal cristalice y podamos separarla objetivamente de su vehículo.


Si el Sol espiritual de nuestra existencia abre en nosotros poderosos surcos, fuertes caminos, llevando a nuestra facultad de conocer la Sal de Sabiduría que dormita en nuestra subconsciencia, el hombre conocerá ese Principio -su propio Capitán- y sabrá objetivamente de esa fuerza que lo anima, Verbo o Mandamiento, que en todos radica por génesis.



 


TU REGLA


Como el Santo Ermitaño o como el Monje que acaba de abandonar esa vida del Mundo por la que anduvo a pasos perdidos entre tantas voces, entre tanto tumulto, donde el odio, la envidia, la lujuria hicieron presa en su propia carne y se recoge para escuchar su propia Voz, su íntimo latido, en la soledad de un Santuario, así tú, Lector querido, debes recogerte cada día en la intimidad de tu propio Templo.


Mira. En la cúspide de nuestro cerebro, hay una prominencia ósea que la Ciencia oficial llama la Epífisis. Nosotros le damos, más bien, el nombre de Glándula Pineal u ojo atrofiado porque es un lugar, a modo de ojo, por donde una Humanidad pasada hizo uso de ese sentido de que antes te hablé y que más tarde la caída en la culpa fue extinguiendo para que los hombres no vieran más allá de un límite adecuado.


Pues bien. Podemos decir que ése es un aparato radio-fisiológico, mediante el cual emitimos nuestras ondas de pensamiento que súbitamente recoge un dispositivo que también llevamos, o antena receptiva que es nuestro plexo solar.


Ya ves como nosotros mismos podemos emitir y recibir a un tiempo nuestras propias ondas y con este ir y venir, hecho con firme voluntad, podemos así mismos convencernos y ordenarnos cuanto debemos hacer para mayor gloria de Dios en nosotros.


Recogido ya en tu Santuario interior, pon toda tu fe, y repítete estos doce principios. Si los practicas, si con la práctica los perfeccionas, ellos te llevarán desde tu propia tierra al cielo de tu alma.


(Habla en soliloquio y di en silencio como una oración:


1°) Yo emito constantemente pensamientos de paz, de amor, de armonía, de bondad y de benevolencia a todos mis hermanos en la Humanidad.


2°) Yo deseo a todos los hombres la luz de la Sabiduría y amplitud de conocimientos para que sean UNO criterio y razón y la bondad, la belleza y el poder se realicen para que nadie sufra.


3°) Yo he de recordar cada día, que todos somos hermanos. Hijos de un Padre y de una Madre espirituales. Hechos de la misma tierra y que todos respiramos las mismas sustancias cósmicas.


4°) Yo debo ajustar todos mis actos, desde ahora, a las normas de Sabiduría, Fuerza y Belleza. De este modo seré un miembro útil para mi familia y un ente justo dentro de la Sociedad.


5°) Yo quiero tener como principio el no permitir que otro haga un trabajo por mí que yo mismo pueda ejecutar. No aceptar un sacrificio de tiempo ni de dinero sin haber antes ofrecido su equivalencia, estando dispuesto a cancelar karma y no a crearlo nunca de este modo. Y aunque debo conquistar fortuna material, jamás he de hacerlo obteniendo ventajas ni con el perjuicio de mis semejantes.


6°) Lo he de presentarme en todo instante, pleno de alegría, satisfecho, justo y puntual. Que la onda que me envuelva sea de armonía pura y que si alguien me ofrenda un sacrificio que yo no haya solicitado, reciba de mí un agradecimiento eterno.


7°) Yo quiero ser un instrumento de Dios, su propio vehículo, y poner todo mi saber, toda mi capacidad y todas mis fuerzas, a la disposición de los demás, de los que yo formo una parte integral, para hacer obra práctica en armonía con la Fraternidad Universal…


8°) Yo necesito tomar en consideración los derechos de los demás para respetarlos y ayudar a que los respeten. Sin embargo, antes de exigir mis derechos, cumpliré con mis deberes. Los primeros me llegarán sin exigencias, como justo salario.


9°) Yo deberé mantenerme firme dentro de cualquier circunstancia, aunque sea en mi contra, con tal de sostener la VERDAD y combatir por ella cuanto me sea posible para que restablezca sobre la Falsedad y la Mentira.


10°) Yo ansío mirar al dinero como un medio y no como un fin. Si algo tengo, jamás me sentiré dueño, sino como simple Administrador de la Colectividad.


11°) Yo prefiero ser siempre el que ofrenda y nunca el que recibe un beneficio. Para ello, estudiaré, aprenderé, trabajaré, conquistaré medios, dentro de estas normas, y cuidaré mi salud para tener éxito.


12°) Yo quiero trabajar para los demás, con los demás y en armonía con todos y, sobre todo, con Dios mismo cuya manifestación está en mí y representa mi Ego Interno.



 


ASÍ FLORECERÁN TUS ROSAS


Busca lo Esencial.


¿Sabes tú qué es lo esencial, Lector querido?


Escucha…


Todas las cosas de la Naturaleza, todo cuanto ves y no ves, todas las formas cristalizadas y aun aquellos que tu pobre retina no alcanza a divisar, tienen un punto esencial, una sustancia íntima, un espíritu alado, inconsútil, por el que viven y se desenvuelven.


Todo lo demás es secundario, accesorio. No inútil, porque la inutilidad no existe dentro de la magna Obra del Universo. Son medios, vehículos, portadores si se quiere lo esencial. El medio es perecedero. Pertenece a nuestra tierra. Lo esencial es eterno. Pertenece al cielo de nuestro Espíritu.


Busca, por lo tanto, lo Esencial.


Si para ello aceptas estas siete reglas, apréndetelas y practícalas. Tu Cruz se hará más llevadera y la Rosa le prestará su sagrado perfume.


1a. Lleva en todo tus actos, una meta. En todas las cosas, un fin. Que éstos sean el de descubrir Lo Esencial. Clava toda su atención en ello y toma por armas lo útil, lo noble, lo bueno, lo bello, para conseguirlo, y desdeña todos los obstáculos que se interpongan.


Así florecerán las Rosas sobre tu Cruz.


2a. Alégrate. Que el contento y la Alegría, rebosen por todos los poros de tu Alma hasta por las más mínimas impresiones, te colme en de íntimo placer. Su esencia es divina y Dios está en todo lo existente y es forzoso percibir Lo Esencial aun en el más diminuto y pequeño organismo.


Así florecerán las Rosas sobre tu Cruz.


3a. Aprende a respetar la opinión sincera de los demás. Si hallas error con cordura, con sensatez, con respeto, hazles ver la tuya más autorizada, pero nunca los desaires. Lo Esencial, lo Divino, habla también por los demás hombres y sólo es cuestión de evolución que se acerquen más o menos a la Verdad.


Así florecerán las Rosas sobre tu Cruz.


4a. Sal diariamente al aire libre y admira la Naturaleza. Alégrate y regocíjate del Sol, del Cielo, del Ambiente, de las Flores, del mísero gusanito que se arrastra a flor de tierra. Observa que en todo ello existe la Divinidad y en todo aliento Lo Esencial.


Así florecerán las Rosas sobre tu Cruz.


5a. Sé fiel para tus amigos y así tendrás amigos fieles, porque dentro de ellos estás tú. Aunque eres una Entidad separada y aislada, no eres más que una expansión de lo Divino. Medítalo, compréndelo, ajusta tu comportamiento a esto mismo y busca allí Lo Esencial.


Así florecerán las Rosas sobre tu Cruz.


6a. Relaciónate con todos, pero debes preferir aquellos que sepan más que tú, para extraer de ellos la sustancia de lo que han aprendido. Entonces los conocerás y los amarás y tu observación te hará ver, que son como tú, pero que Lo Esencial, lo Divino, es lo que saben… y no sabes tú.


7a. Concéntrate todos los días. Estudia si tu atención se ha detenido en las cosas accesorias, en las secundarias. Haz siempre un examen de conciencia y respóndete a ti mismo. Si no pudiste estar atento a Lo Esencial, cuida de enmendarte para buscar todos los días esa esencia divina que bulle en todo lo existente porque así progresarás y serás feliz y así las Rosas florecerán sobre tu Cruz.



 


LA ROSA


Cuento Alemán.


Había un Rey en un País de ensueño…


Sus poéticos dominios, alcanzaban a todo un territorio, cuya fertilidad exuberante, era fama.


Una constante Primavera, templaba el ambiente y las dulces pomas, en plena madurez, aromaban la brisa suave.


Todo era una caricia sutil…


La tierra, blanda y pródiga, no esperaba la huella del arado. El cultivo no había nacido en la mente del hombre y la vegetación, la florescencia, los frutos, era una santa dádiva que se ofrecía a todos, porque todo nacía y se prodigaba espontáneamente…


En los bosques había un dulce y constante concierto de gorjeos. Ni existía la caza ni la pesca. Los animales todos, jamás esperaban su sacrificio y el ave y el pez, venían a las manos del hombre para ser inmolados voluntariamente.


Era un país de ensueño. Por todas partes existía una perpetua felicidad y la armonía latente en todas las cosas, era como un manto de armiño que cayera sobre todo con blanda placidez.


El Rey tenía doble felicidad.


Había casado con una bella Princesa, extremadamente hermosa, y un amor reflexivo coronaba de dicha aquella santa unión.


Encinta la Reina y próxima a dar a luz, cuyo fausto acontecimiento era precursor de una nueva felicidad, pidió que, para recibir aquel deseado fruto de sus entrañas, se llenara su habitación y el lecho de Rosas, pues como era esperada una Princesa tenía el deseo preconcebido de que naciera sobre Rosas


Así se hizo, porque todos los súbditos, al conocer el afán de su Reina, enviaron las más bellas Rosas y de más grato perfume.


Nacida ya la Princesa y después de varios días de tan esperado suceso, una noche, durante el sueño, se hirió la Reina con una espina que apareció clavada en su mano…


Al día siguiente, la encontraron muerta…


La pena del Rey era inconsolable. La pérdida de la mujer amada, había abierto hondos surcos en su alma y el recuerdo le torturaba amargamente.


Un día, contemplando a la Princesa, tuvo la idea de que pudiera correr igual peligro que su madre y entonces mandó cortar las Rosas del Reino, decretando que no se pronunciase jamás su nombre para que nunca llegara a sus oídos infantiles.


Los súbditos cumplieron el mandato y desde entonces el nombre de ROSA enmudeció en todos los labios…


Mientras, creció la Princesa.


Pasado el tiempo y escuchando un día el relato de un viaje a un Reino vecino, que el padre de su mejor amiga había visitado, donde existía una gran vegetación de Rosas, llamóle la atención este nombre y cuanto se dijera sobre su belleza y perfume, naciendo en ella la curiosidad, desde ese día, por conocerlas…


Raro era, que desde el nacimiento de la Princesa, la fertilidad del suelo había descendido y los animales, de excesiva mansedumbre antes, se habían tornado huraños.


Con la extinción de las Rosas, todo había palidecido, aunque los habitantes de aquella feliz comarca lo ignoraran.


De pronto, la Princesa enferma gravemente… Acuden todos los Médicos del Reino y no pueden dar con el origen de aquella enfermedad. La Princesa, entretanto, perdía su energía, su belleza, y la lozana frescura de su rostro, extinguiéndose lentamente…


Sólo un Paje, entrevió la causa y hasta la misma Princesa repetía, que podía curar si le exhibieran las Rosas. Pero nadie faltaba al decreto del Rey…


Entonces, el Paje, a hurtadillas y burlando toda vigilancia palaciega, trajo una ROSA del país vecino. Al verla la Princesa, radical e instantáneamente se operó el milagro de su salvación…


Quedó el Rey atónito, cuando contempló una mañana a su hija, a cuyo rostro había vuelto la perdida lozanía, reconociéndola sana y salva de su mortal dolencia.


Pero al saber la causa de este milagro inaudito, exclamó: Si bien la Rosa dio muerte a mi Reina, ha salvado a mi Princesa. Acto seguido, dio orden de que cultivaran las Rosas.


Desde entonces, volvió con ellas la prosperidad, y la armonía latente en todas las cosas resurgió de nuevo, retornando aquel País de ensueño a su augusta y perpetua felicidad…


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Cuenta la tradición, que el Paje se casó después con la Princesa y llegó a ser un Rey bondadoso…



 


LA ROSA COMO EMBLEMA


Había dicho Zeus a Aquiles Tacio, que si las flores todas quisieran elegir una Reina, no podría ser otra que la Rosa. Ella, es el adorno de la tierra, la divina explosión de Dios sobre las planicies silvestres, la sábana de nieve que corona los almendros en flor, el símbolo de la Primavera. En ella, la gota de rocío se detiene y titila como una perla. La belleza de todo lo creado, en ellas tiene su síntesis y es como un mensaje de líricas ensoñaciones para las almas sutiles.


En un tiempo remoto, fueron en primer lugar los mismos Sacerdotes quienes edificaban sus Templos y siglos tardó, para que ellos permitieran a los profanos ocuparse de las construcciones sagradas.


Más tarde, se organizaron Gremios y Sociedades constructoras cuyos fines eran también religiosos y para distinguir las Obras de cada uno de ellos, elegían un Símbolo. Así ocurrió a los mismos Francmasones. Todavía por Cataluña, en España, puede verse un Templo en cuyo frontispicio aparece un Jesús de Galilea entre dos columnas B. y J. teniendo su mano diestra en actitud de hacer un signo bien conocido de los Aprendices de esta Institución.


De este modo, las Sociedades de construcción, eligieron como símbolo la Rosa y tanto se generalizó este emblema, que aún hoy, como reminiscencia habitual del pasado, todavía hablamos de rosetas al referirnos a los adornos de algunos edificios sin que guarden ya ninguna relación con la Rosa simbólica en cuanto a su forma.


En el castillo de Heidelberg, tan visitado hoy por los turistas, encontramos sobre la puerta principal cinco Rosas y, sobre ellas, una escuadra. También en la Catedral de Santiago de Chile, se advierte una Cruz con siete Rosas, lo que prueba que los Sacerdotes constructores no pertenecían a un Gremio solamente, sino que eran con toda seguridad miembros de la Orden Rosa Cruz.


Durante las Cruzadas, se hicieron muchos Castillos en el trayecto a Tierra Santa y todos ellos tienen de común, una Rosa. ¿Fue el paso de los Caballeros Templarios? ¿Eran peregrinaciones de los Iniciados Rosa Cruz? Así, en el Convento Griego de San Jorge, por todas partes vemos Rosas esculpidas en piedra.


Herodoto cuenta, que en Babilonia se hicieron Rosas de plata y éstas se ponían como atributo divino y como ofrenda de amor a los Dioses.


Dice la Mitología, que la primera Rosa salió de la espuma del mar cuando Afrodita, al ver herido a Adonis, corre a socorrerlo. En este instante, un blanco Rosal había brotado de entre las aguas y la misma Afrodita se hiere con una espina tiñendo con su sangre las Rosas que, desde entonces, su tinte de púrpura. Otra leyenda dice, que la primera Rosa sólo tenía espinas y al poner los Dioses su néctar sagrado sobre ella, brotó, erguida y lozana, en forma de flor.


Todavía cuenta otra tradición, que cuando Afrodita llora la muerte de Adonis, sus lágrimas se mezclan con la sangre de este Dios de cuya fusión brota como una ascua la Rosa.


Libanio, hábil Retórico griego, nacido en Antioquía, logra en una de sus Leyendas que Afrodita triunfe como Reina de la Belleza, sólo porque llevaba una corona de Rosas.


Fue así. Tres Diosas en Ida, se disputaban el premio de la Belleza. Dos de las contrincantes, Atena y Here, exigían que Afrodita abandonara su cinturón, pues tan sólo con ese hechizo llevaba una acentuada ventaja y podía obtener el triunfo.


Tras prolongadas discusiones, se priva a Afrodita de su mágico cinturón y se le permite adornarse con las flores que ella misma quisiera elegir para compensar esta prohibición. Entonces, se baña Afrodita y queda sorprendida al ver que su mismo cinturón, del que iba a despojarse, se había transformado en Rosas.


Era París el Juez que había de dictar el fallo.


Al entrar en Ida, Afrodita, todos quedaron estupefactos… Las mismas Diosas contrincantes, ya no esperaron el fallo de París, sino que se postraron espontáneamente ante ella declarándola más bella que ninguna, gracias a sus adornos de Rosas.


Lo que fueron las Rosas para Afrodita como Diosa Femenina de la Belleza, lo fueron también para Dionysos, el principio masculino como Dios, que conquista un triunfo semejante gracias a una corona de Rosas que llevaba como vencedor, como Dithyrambos . He aquí por qué vemos a Baco siempre coronado de Rosas.


Es bien curioso este mito de Dithyrambos y Baco y en nuestro libro "BIORITMO" se olvidó mencionarlo. Baco nació dos veces. Una del seno de Sémele y otra del muslo de Júpiter. En los bailes en honor de Dionysos y del Amor se guardaba marcadamente un ritmo de 23 y 28 compases. En su principio, conocieron pues el ritmo los Griegos.


El Ditirambo pasó más tarde a hacer un papel principal en la poesía, dándole una expresión elogiosa, que luego fue desacreditada en Atenas.


En el Museo de Cambridge, hay una estatua de Deméter que se encontró en Eleusis y lleva una canasta de Rosas. Deméter, como hija de Saturno y de Júpiter, es la Diosa griega de la Agricultura y ella sola puede repartir sus mieses con una canasta de Rosas.


Cosmos, también recibe una corona de Rosas de las Ningas, a quienes fueron dedicadas.


Anacreonte, quien se encarga de hacer una Poesía en honor de las Rosas, pregunta: ¿Qué puede haber sin Rosas? Las Rosas formaban parte de la vida divina y de la profana en Grecia.


Es, así mismo, curioso, que en Méjico Moctezuma declare que cumple un deber por encargo de sus antepasados, de cultivar las Rosas y por esta causa las mandó traer de todos los lugares aun de los más apartados de su País. Parece que las mejores y de más grato perfume, fueron aportadas por un pueblo extraño y lejano donde ya le rendían culto divino. Estos fueron los Mayas.


Solo Roma, la guerrera, olvidó durante siglos las Rosas y adornó a sus héroes y vencedores con otras flores. Los Mirtos.


Platón cuenta que a los niños aplicados y cuidadosos, se les debía obsequiar con coronas de Rosas, pues así lo habían hecho con anterioridad los Egipcios.


Posteriormente, volvemos a encontrar de nuevo las Rosas en Roma. Cicerón narra, que cuando le quisieron colocar a Escipión el Africano la corona de Rosas, como máximo premio a sus hazañas, ésta se rompió provocando la risa en los romanos. Pero Licinio exclamó: No hay que reír. La Cabeza de Escipión es demasiado importante y venerable y se rompen hasta las Rosas.


Con la intromisión del Cristianismo, volvieron las Rosas a florecer como emblemas y celebraron su justo triunfo en la Ciudad eterna.


Plinio nos dice que en su tiempo, se traían cargamentos de Rosas de España, Milán y Alejandría para exornar las mesas.


Se tienen noticias que en Venecia, para hacer más fantásticas las salidas de los personajes y de los potentados en sus góndolas, se tiraban millones de Rosas al mar por la ruta que habían de llevar las naves.


El mismo Cristianismo, con María, tomó de nuevo la Rosa como símbolo.


La Rosa mohosa, planta pequeña de la familia de los hongos, se formó cuando algunas gotas de sangre del Redentor cayeron sobre el musgo que crecía bajo la Cruz del Gólgota.


Para los primeros Cristianos, la Rosa blanca es el resultado de las lágrimas de la Magdalena que con su llanto, lava la Rosa púrpura y ésta se pone blanca.


En la vida de Santa Isabel de Hungría, las Rosas figuran a cada instante.


Luis, el Piadoso, perdió una Cruz que era una reliquia y cuenta la leyenda que hasta en sus oraciones pedía que le fuera devuelta. Uno de sus criados la encontró colgada de un rosal floreciente y esto sucedía en pleno Invierno cuando más azotaba la nieve.


La Rosa fue declarada santa por uno de los Papas y desde entonces, el Papa bendice. Una rosa de Oro con que obsequia a las Iglesias que, según él, se distinguen en el culto.


El Rosario que usan los Católicos, debe ser hecho de palo de Rosas y de Rositas pequeñas.


Tácito también nos cuenta, que ningún pueblo de la Tierra veneraba tanto la Rosa como los antiguos alemanes que se adornaban con Rosas el 24 de junio y a cuya fiesta le llamaban La fiesta de la Rosa.


El Cristianismo, con justicia, dedicó ese día a San Juan…


Si transgredimos a la vieja literatura como si nos estacionamos en la moderna para buscar el origen de la palabra ROSA-CRUZ, tropezamos siempre con que los autores la fundamentan en ese seudónimo de Cristián Rosenkreuz.


Hasta algunas Sociedades Secretas que usurpan el título de ROSA-CRUZ, ven en ese seudónimo un nombre cualquiera como el de Juan Sánchez. Hasta Leadbeater cae en ese mismo error y ello prueba que no han dado todavía con un verdadero Iniciado Rosa Cruz. No es esta alusión en cuanto a Leadbeater que me consta ha recibido LUZ INICIATICA en la India.


Vamos a dar una explicación oculta. Ros, en Latín, quiere decir ROCIO y el Rocío es algo muy importante en su sustancia íntima, para el Alquimista, y, sobre todo, en su aplicación con el Arcano de la ROSA.


Un hecho, sin género de dudas, que la palabra ROSA-CRUZ es de origen Alemán, es que los Alquimistas Alemanes usaban constantemente el Rocío y lo cruzaban y mezclaban con otras sustancias para hacer la transmutación del oro…


Ahora, el Rocío en Alemán, se llama TAU y el Alemán es una de las Lenguas Arcaicas. TAU en Griego, es la Cruz. Así que se ha dicho y se puede seguir diciendo, como lo expresan las Obras Herméticas, que los ROSA-CRUZ eran los manipuladores del ROCIO que tanto como Rocío y Cruz se unen en la palabra TAU.


Observa, Discípulo, esta Clave: Dos son uno y uno es nada… Porque el Rocío, después de haber dejado al Alquimista, su esencia y su fuerza, se va, se hace nada…



 


LA ROSA COMO SÍMBOLO


Los Teósofos se han asido, como Rosa Simbólica, a la Flor de Loto y le dedican una verdadera veneración. Sus pétalos y sus hojas simétricas, es algo poético, como su forma de crecer y desarrollarse, pues extendidas sus raíces por el fango, va lanzando el tallo hacia arriba a través del agua para luego ofrecer su flor cara al Sol.


Es esto verdaderamente simbólico y delicado para los espíritus religiosos, pero no único. Abrase una Botánica y encontramos centenares de flores iguales en nuestra zona sin necesidad de basarnos exclusivamente en la de la India. Todavía a la Flor de Loto, le falta algo muy esencial para prestarse del todo a un símbolo que es el Aroma. Carece de él en absoluto y si en ciertas regiones conserva alguno, es un olor detestable.


Cuán diferentes son nuestras Rosas. Plantadas en el fango, van poco a poco removiéndolo y quemando químicamente esas escorias hasta transformarlas en tallo, en hojas, en flor, en aroma riquísimo…


En eso estriba su gran valor y enseñanza ética. Nosotros, como las Rosas o como plantas que las producen, vivimos constantemente en la miseria, en el fango de nuestro vivir hediondo y crapuloso y hemos de transformarnos, quemando nuestras propias escorias, para que en nosotros surja un día el Hombre virtuoso y esencial. Es decir, hay que verificar o realizar el milagro por consunción de convertir nuestra naturaleza animal en espiritual, el Ángel malo en bueno, nuestras sombras en luz radiante…


La Rosa es un símbolo de Belleza. Pero ese símbolo no nace ni de su forma, ni de su color. La tonalidad de sus matices podrá ser un verdadero iris con variedades divinamente combinadas. Su forma, será la más adecuada y simbólica.


Todo en ella se prestará para dar la sensación más estricta de la Belleza, pero su verdadero valor intrínseco, está en su conjunto, en su totalidad. Ya Homero, en su lírica, la compara con el Alba de la Mañana y canta extáticamente ante su conjunto, como un Sol expresivo.


La Rosa es el símbolo del Amor. Los pueblos antiguos así lo entendieron y la ofrendaban a los Dioses del Amor de ambos sexos. Teócrito cuenta, que los enamorados se pasaban mutuamente sobre los dedos, hojas de Rosas y si soñaban, forzados por este dulce sortilegio, eran para ellos una gran prueba de amor y de fidelidad.


En Tannhausser dice Wagner: A quien el corazón se le inflame de amor lleva una corona de Rosas. Y otro vate de épocas pasadas, exclama: Que tan pronto veía a una mujer todo se le transformaba color de rosa…


Por un cuento germano medieval, se sabe de una mujer muy hermosa que se encuentra encerrada en una Torre inaccesible para su pretendiente. No sabe éste qué hacer para estar cerca de la bien amada y entonces intenta ponerse un vestido color de rosa, cubriendo con frescas y fragantes rosas todo su cuerpo y haciéndose introducir dentro de un cesto adecuado para ser transportado a la Torre. Los portadores del cesto, al notar un peso excesivo, suponen que sea el rocío el que ofrece aquel peso y no se atreven a tocar, porque sólo la Dama deberá posar sus manos sobre las gotas de rocío. Como en todos los cuentos, los dos amantes se unen por haber sido él traído con Rosas.


La Rosa es el símbolo de la Felicidad. Ya Cicerón expresa, que los felices tienen lecho de Rosas…


Cuando el valiente mexicano Cuahtemoc fue amarrado a un banquillo por orden de Cortés mientras sus pies se abrasaban en una hoguera para arrancarle el secreto del lugar donde había sido depositado el Tesoro Imperial, uno de sus Ministros llenos de dolor le gritaba: ¡Emperador! Decid dónde tenéis escondido el oro. Ved cómo sufro… Y Cuahtemoc, con toda calma, se volvió hacia él respondiendo: ¿Crees tú que yo estoy sobre un lecho de Rosas?…


La Rosa es el símbolo del Sigilo, del Silencio. En los antiguos misterios, no faltaba jamás la Rosa, tanto dentro del Santuario como en el Pórtico donde el Guía le llamaba la atención al Neófito sobre tal emblema expresándole que tan sólo era elocuente por su presencia y por el misterio que en ella se encerraba, pero que nunca hablaba. Con esto quería decirle -y así se lo recomendaba- que había que ser mudo y callado como lo era la Rosa.


Entre los antiguos Germanos y, sobre todo, entre los Caballeros de la Mesa Redonda que buscaban el Santo Grial, se usaba una corona de encina colgada o puesta sobre la Mesa y en el centro se destacaba una Rosa como símbolo del silencio.


En muchas Casas Municipales o Alcaldías de Alemania, cuyos edificios aun se conservan intactos desde la Edad Media, encontramos en la Sala de Sesiones una Rosa tras los asientos. En los mismos protocolos encerrados en los Archivos, se puede leer claramente que tal o cual miembro del Consejo fue destituido, por haber lesionado la Rosa de su asiento siendo indiscreto y habiendo divulgado los acuerdos que se había comprometido silenciar en reuniones secretas.


Dicen algunos Oradores de aquellos tiempos que así como las hojas de la flor de la Rosa están unidas sin dejar penetrar lo más mínimo, de igual manera debe ser el secreto, intransitable.


La Rosa es el símbolo de la Instabilidad que preside a todo lo que nace y muere… Hoy vemos la Rosa, fresca, erguida y lozana. Mañana, amarilla, lacia y mustia… Así en los Misterios antiguos, la Rosa blanca era el símbolo de la Muerte y el emblema de la destrucción.


La Rosa, es un constante memento mori que a cada paso debe hacernos recordar que somos de polvo y en polvo hemos de convertirnos. Es un anuncio permanente de que la muerte nos ronda a cada instante.


Verdaderamente que es curioso, que en ninguna ocasión, falten las Rosas.


Ella la ofrecemos a la mujer amada y aun después la vemos colocada sobre el ataúd de la pobre novia muerta…


Finalmente, es el símbolo de la Virginidad. Todo lo que sea puro, inmaculado, limpio y pudoroso, está encarnado en la Rosa que nunca pierde su perfume aunque manos impuras la toquen. La misma flor de azahar, en algunos países, es puesta en manos de la desposada como símbolo de su virginidad. Al nacer el Sol, se habrá rasgado el velo de Himeneo como se habrán marchitado las flores de azahar…



 


LA LEYENDA DEL SANTO GRIAL


Belleza de las Andaluzas.


El Cáliz que, como lluvia bendita, recogió la sangre del Salvador en el Gólgota. La Copa Sagrada que recibió en su seno aquel divino emblema de Redención, estaba en aquellos tiempos bajo la custodia de los Esenios para venir más tarde a ser depositada en la Santa Montaña de Monserrat donde permanece invisible ocultánse de aquellas miradas profanas que aún no han aprendido a mirar al cielo.


Pero desde la custodia de los Esenios, no vino directamente a Monserrat. En poder del Santo José de Arimatea, estuvo antes depositado en varios lugares y, sobre todo, pasó con él dos veces por España quedando guardado temporalmente en dos de sus Templos Iniciáticos.


Según se lee en tradiciones y apuntes esotéricos recogidos en Irlanda, donde tocó primeramente, fue en Galicia. Allí fue recogido en una Montaña en la que todavía se guarda un Cáliz Sagrado, cuya existencia muy pocos pero buenos Gallegos conocen.


Luego vino a parar a la sierra de Aracena en la Provincia de Huelva, ocultándosele en una cueva donde existía un Templo Iniciático cuyo plano se dice actualmente que ha sido encontrado entre los Manuscritos del insigne Arias Montano.


Pero como el Santo Grial, el Cáliz misterioso, por donde quiera que va reparte su influencia y su divina belleza, de ahí la hermosura y el bello rostro de las Andaluzas que son fama por todas las Regiones españolas.


Cuentan las Leyendas bíblicas que la Sabiduría del Rey Salomón era tanta y de tal magnitud que la noticia de su preponderancia había invadido el mundo entero. Entonces, llegó a oídos de la Reina de Saba, hija del Rey de Yemén de nombre Hadhad.


Gracias a la presencia del Grial en una de las Colonias de este Rey que él había visitado, denominada Gades (hoy Cádiz, España), logró tanta belleza física que hasta los mismos Dioses se enamoraron de él. Su hija Balkis, la Reina de Saba, heredó esa exuberante belleza cuya cualidad, gracias al Grial, se propagó por toda la comarca.


Cuando la Balkis fabulosa, desbordante de púrpuras y deslumbrante de gemas visitó a Salomón, llevó con ella el Santo Grial y un séquito de mil jóvenes de ambos sexos cuya extraordinaria belleza verdaderamente asombraba.


Para que Salomón demostrara si tenía las cualidades y aptitudes necesarias para ser digno guardador y custodio del Santo Cáliz, la Reina de Saba lo sometió a varias pruebas. Una de ellas consistía en adivinar quiénes, entre los mil andaluces, eran varones o hembras, pues era tal la hermosura y suavidad de sus rostros, que se confundían con sus adornos de Rosas y montados de igual manera en mil caballos blancos.


Para salir airoso de esta prueba, ordenó Salomón que los mil jinetes se despojaran de sus guirnaldas de Rosas y se lavasen la cara. En el modo de ejecutar estas manipulaciones, pudo conocer y distinguir ambos sexos…


La Reina de Saba regresó a su País de Andalucía acompañada de aquellas deslumbradoras bellezas que había llevado en su séquito.


El Cáliz quedó en el Templo de Salomón… Sólo aquella belleza primordial sigue existiendo entre los Andaluces como divina emanación de la Copa Sagrada.


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Hoy, el verdadero Grial, el Cáliz Sagrado, está en Monserrat. En tiempo oportuno, pasó al estado de Jina haciéndose invisible porque sus efluvios y la luz pura, radiante, de su intrínseca y santa Divinidad, sería un daño manifiesto para el hombre de esta época cuya naturaleza, demasiado animal, no resistiría tal influencia.


He aquí por qué debemos ir quemando nuestras propias escorias a semejanza de la planta que surge del cieno. Quemar nuestro propio cieno es quemas esas escorias que traemos como rémora maldita en nuestra evolución, hasta que el tallo, nuestra propia vara florezca como la de José de Nazareth, y la Rosa se encienda en mitad de nuestra Cruz.


Cuando esto sucede, cuando hayamos conquistado la Rosa -ya que todo el esfuerzo es personal - la Copa Sagrada se hará otra vez luminosa y visible para aquellos que supieron ser héroes a través de toda la engañosa urdimbre de la vida frívola y arrebataron con enérgica y positiva voluntad el Reino de Dios.


Aprended, por lo tanto, a manejar vuestro propio cuerpo. Ha de ser el vehículo de donde todo surja y en donde todo florezca. A semejanza de un acabado instrumento musical, es forzoso irle templando, afinando, preludiando en sus cuerdas las notas más precisas, hasta que la caja sonora vaya embelleciendo los sonidos y, de entre todos ellos brote un tono, su único tono, la nota pura e inmaculada del Maestro.


Así conoceréis al Grial y vuestros labios un día podrán beber del néctar delicioso que encierra, que es un sagrado Vino de Vida.


Y ya que hemos citado anteriormente a José de Nazareth, recordemos lo que acerca de este Santo Varón cuenta uno de los Evangelios llamados apócrifos.


María, desde su florida juventud, fue orientada hacia el Templo ya que era su vocación más ferviente la de ser Sacerdotisa. Las Puertas del Santuario se le habían abierto de par en par y un juramento solemne hizo sonar en sus labios la sagrada promesa de permanecer virgen… Desde entonces, fue su conducta de una tierna santidad y sus manos, blancas y puras como dos azucenas, habían realizado sorprendentes milagros… Esto hizo que los Sacerdotes le encomendaran la confección de tapices para el Altar, pero cuál no sería la sorpresa de todos al observar que todo trabajo realizado por María se le convertía en Rosas…


Así pasaron los días, hasta que se aproximó la hora de la ocupación de su vientre… Los mismos Sacerdotes conocían su elección para que recibiera el germen del Espíritu Santo, que había de formar al Nuevo Mesías, y su primer deber fue el de alejarla del Templo depositándola bajo la custodia de un ciudadano noble y honrado que supiera respetar tan sagrado depósito…


No sabiendo a quien elegir, acordaron los Sacerdotes dejar el fallo al Altísimo y entonces idearon entregar varas a 33 varones de reconocida pulcritud que habían de depositarlas tras el Altar, aguardando sobre ellas alguna manifestación divina. Todas estas varas fueron señaladas con el nombre de cada uno.


Pero aconteció que al ser recogidas las varas en el siguiente día, ninguna presentaba la menor señal o indicación de Dios… Preocupados los Sacerdotes, notan que faltaba una sola vara por recoger y que ésta pertenecía a José.


Interrogado éste por su manera de proceder, respondió, que él estaba viejo y consideraba inútil ir por su vara. Sin embargo, le obligaron a recogerla, para no hacer una excepción, y al serle entregada por el Sumo Sacerdote brotó de ella una Rosa. Esta fue la señal suprema para escoger a José como esposo de María.


¡Qué Evangelio tan hermoso y qué alto simbolismo sexual encierra!…



 


EL ASNO Y LA ROSA


Así como en Fausto, el Rosa Cruz Goethe hace alusión a un perro, así en la mayoría de las Obras Rosa Cruz figura un asno.


Parece que el Asno fue siempre un símbolo predilecto de los Rosa Cruz.


Sobre todo, los Alquimistas, en sus descripciones, jamás se olvidaron del asno. Uno de ellos, con demasiado sarcasmo, asegura que nadie descubrirá el secreto de la transmutación del oro hasta que no haya encontrado el Asno en sí mismo. Es verdaderamente raro que tanto Dionisos como Jesús de Nazareth se valieran de un asno para hacer su entrada triunfante…


Que los Astrólogos hayan colocado la estrella BURRO en la constelación de Cáncer tiene su razón oculta… La misma que tenía la Iglesia Romana para usar este animal como símbolo de Jesús al lado del Cordero al sintetizar la frase Agnus Dei.


Agripa llama la atención sobre este símbolo de la materia prima y Meyer le encuentra ciertas sustancias que vienen a ser como un Gran Arcano.


El Asno carga constantemente con la Cruz, y esto debió llamar la atención de los Rosa Cruz antiguos, cuando lo aceptaron como símbolo animal en el que encarna la suprema ignorancia para justificar la acepción latina que dice: Summa Scientia nihil sciere (la Ciencia más alta es no saber nada). Parece esto una contradicción y, sin embargo, no lo es…


Pero busquemos la relación del Asno con la Rosa…


Apuleyo nos cuenta una Leyenda muy hermosa. Es como sigue:


Un joven, de la casta de los Sabios, con el nombre de LUCIO, viaja a Tesalia para estudiar la Magia. Va decidido a someterse a todas las pruebas de la Iniciación con tal de lograr la conciencia cósmica. Empieza por el peldaño más bajo de la escala, a estudiar la Belleza y a encontrarla en todas sus manifestaciones, cuando se enamora de Photis, la hija de su casera. Esta anciana señora ofrece ayudarle con sus conocimientos de Magia para conquistar el Amor, para conquistar a Phos (que en Griego significa LUZ). Le previene que debe aprender previamente a ejecutar la separación de su cuerpo astral para volar por los aires y le ofrece convertirlo de momento en un pájaro para que aprenda a ascender por encima de las nubes y obtener, de este modo, el primer grado.


Pide a Protis que traiga la pomada… (Esto nos recuerda esas pomadas de cuentos que usaban las brujas para transponer los aires montadas en sus escobas).


Pero la doncella se equivoca y en lugar de traer la que convierte a los seres en pájaros, trae la que los convierte en asnos. Consumado el hecho, tenemos a LUCIO convertido en Asno… Esto recuerda a Fray Gari, el que también pasó siete años convertido en animal. Ahora que Lucio, a pesar de tener cuerpo de animal, conservó la conciencia humana.


Entonces Photis asegura a Lucio que su desgracia tiene remedio, pues, según ella, basta comerse unas cuantas Rosas para que éstas le devuelvan instantáneamente su figura humana. Pero buscan y buscan y no encuentran las ansiadas Rosas…, y no le queda otro remedio que seguir de Asno. Los niños lo maltratan. Los hombres le pegan. Todos lo menosprecian y él no puede defenderse más que como un Asno…


-Este es un símbolo que todos hemos de sufrir mientras estemos encarcelados en nuestro pozo de materia.-


Pero Lucio tiene conocimiento de una Doncella que ha sido robada y que sufre las penalidades de su cautiverio y quiere arrancarla de las manos de sus secuestradores. Va entonces al mar y después de sumergirse siete veces y de purificarse, llama a ISIS y ésta se le aparece diciéndole: que ha dado orden al Iniciador de proporcionarle las Rosas necesarias para hacer el milagro de transmutación… Lucio, a poco, recibe las Rosas y vuelve a convertirse en hombre.


Desde aquel momento se hace discípulo de ISIS.


¿Qué misterio, pues, es ése de la Rosa que contribuye y opera el milagro extraño de su transmutación? ¿Qué Arcano misterioso encierra su savia para que dentro de nuestra Cárcel se despierte la mariposa sutil de nuestra alma? ¿Qué virtud esotérica hace que nuestro yo animal se convierta en el verdadero hombre, en ser espiritual?


¡El Rosal de mi vida ya no tiene Rosas!... Es una frase que profieren generalmente los ancianos a aquellos que tanto sufrieron o que tanto dieron, que ya no les queda otra cosa que el recuerdo de la que se agostó… Parece como si ya estuvieran perdidos en una noche sin fin, sin remedio, sin redención posible.


Parece como si mucho hubieran redimido y ya no pudieran continuar su obra por la falta de Rosas en su Rosal.


Procura, Discípulo, que tu Rosa surja y florezca en tu Rosal, en tu propio cuerpo. Dejarás de ser el rudo animal de la dura y pesada Cruz y, como Lucio, te convertirás en Hombre y, como Lucio, también encontrarás un día a tu propio maestro.



 


EL AMOR Y LAS ROSAS


Otro símbolo más de las Rosas hay en el Fausto de Goethe.


A Mephistófeles se le unen una cantidad de Diablos-Subalternos, los cuales reciben el encargo de apoderarse del Alma de Fausto… Al mismo tiempo que se levantan los Diablos con sus tenazas, surge también un coro de Ángeles con Rosas.


Estas Rosas tienen el privilegio de esparcir LUZ y de extender un grato perfume de AMOR y al verlas Mephistófeles con sus diablos, se retira asustado… Los coros infernales, a pesar de ser hijos del fuego de los abismos, lamentan ser abrasados por esta radiante luz de las Rosas y entonces gritan: Malditas estas llamas…


Mientras los Ángeles responden: Santas Llamas. Finalmente, todos confundidos, profiere: ESTO ES AMOR…


Así vemos, que el amor divino ofrece fuerzas cósmicas. Ese amor que mueve los soles y encadena las estrellas en un constante ritmo de armonía, es el que a todos nos abrasa.


El mismo Dante dice que las Rosas tienen fuerzas curativas. No solo para sanar las enfermedades materiales sino para ofrecer la purificación de las almas y la conquista de la inmortalidad… Elías informa acerca de la célebre Astasia. Reina más tarde de Persia, que en su juventud sufrió de un tumor en el rostro. Un Iniciado le hace ver en sueño las Rosas que adornan la Estatua de Venus y al día siguiente toma Rosas, las pulveriza y se cura con ellas.


El Zohar, en su primera página, hace constar que el símbolo más grande del Pueblo de Israel es la Rosa y así lo sigue siendo para todo Iniciado sin excepción de confesiones o nacionalidad. La Kábala, expresa que sus cinco pétalos representan las cinco letras del NOMBRE SAGRADO mediante el cual hay que elevar el Cáliz en el Sacrificio divino. En el Salmo 116, versículo 13 se ve que el misterio de la Rosa y el Cáliz es UNO en la esencia de la frase "HÁGASE LA LUZ".


El Dante pone la Rosa como símbolo predilecto del Colegio Spiritus Sancti en el Capítulo 30 y 31 del Paraíso. El pone la Rosa en la parte más elevada del Cielo, lo que significa LUZ PURA, Luz intelectual, Luz de Amor. Allí vio las Legiones de Ángeles plenos de LUZ y en el centro la Rosa infinita que forma la santa milicia "ORDO SANTISIMA" en el Convento de los Túnicas Blancas, cuyo sagrado fin es la Rosa blanca.


Kunrath, en su Anphiteatro Sapientiae aeternae, hace el Pentáculo en forma de Rosas y luego describe que este símbolo encierra la Sabiduría. Ya en varios de mis escritos he mencionado ese cuadro que poseemos en el Summum Supremum Sanctuarium, lleno de inscripciones y en el centro Jesús Crucificado.


Pero es lo más esencial que a Jesús le falta la Cruz. Aparece desnudo completamente y con sus partes sexuales al descubierto, lo cual hace resaltar su carácter puramente espiritual. Sin embargo, la posición de brazos abiertos y pies cruzados habla bien claro de la crucifixión.


Todo el Cuadro es una Rosa cuyo centro es Jesús, el Crestos, el que debemos buscar en todas las cosas sin que se desprendan las hojas de la Rosa. A los pies de la Rosa siempre hay una paloma con la Tiara en la Cabeza, símbolo del Espíritu Santo. Alrededor del cuerpo de Jesús hay un círculo y dentro de él otros dos círculos concéntricos para determinar que Crestos es el Centro de los Centros… Esos tres círculos son el mundo del pensar, querer y sentir, como eterno trío…


Kunrath ha sabido, como verdadero mago, expresar con la Rosa el principio creador al poner el órgano de la generación como centro de los centros. Kunrath perteneció, como muchos Rosa Cruz, a la Iglesia Gnóstica que primordialmente se ocupa del misterio del sexo.


Cuantas veces, al hablar yo de Magia Sexual, he sido atacado por los mismos Teósofos mirándome despectivamente… ¡Pobre de ellos!, decía yo. No saben lo que dicen. La esencia de todo es el Logos y el Logos tiene su principio íntimo, precisamente en la secreción sexual animada por el Amor. Los Zefirotes o los diez caminos que se identifican con la Sophia y con la Gnosis, la Paloma Blanca como representación del Espíritu Santo, etc., todo emerge de la parte sexual de Jesús en ese caudro de Kunrath que tanto ha ocupado la atención, durante siglos, de Teólogos y filósofos…


Esa Rosa de Kunrath, como él dice, sintetiza toda la sabiduría divina. Si por acaso todo lo escrito por los Maestros Rosa Cruz y la Señora Blavatzky se destruyera o se quemara y quedara tan sólo el célebre cuadro, él bastaría para transmitirnos de nuevo la enseñanza esotérica si nuevamente lo desciframos.


Al mismo tiempo ese cuadro forma un Cádiz. Papus, en su Tarot, pone a la carta 21 un cero, o sea la nada, y, sin embargo, es la madre con la letra hebrea SCHIN en el centro, como hacían los Cabalistas con la palabra divina. Schin es el eterno femenino, es el sexo. El dibujo, es un hombre cándido, sutil, inocente, a semejanza de Parsifal, que sigue su camino, yendo tras de él un perro al que no hace caso. Esto es también simbólico en la Rosa. Se trata del casto inocente al que debe imitar todo conquistador del Santo Grial.


La Rosa de Apuleyus tiene la virtud de volver al ser a su origen y éste es el símbolo de todo…


Por eso en todo nuestro camino hemos de perseguir siempre lo esencial que late en todas las cosas. Todo lo demás es secundario, frívolo, innecesario. Todo lo que no sirva para hacer tornar al hombre a su conexión con la Causa primera que lo ha formado, debe abandonarse.


Buscad, discípulos, en todo lo esencial, qué es la Rosa, para que ésta florezca en los detalles de vuestra propia Cruz.



 


EL SIETE SIMBÓLICO Y LA ROSA


En muchas Obras Rosa Cruz se encuentra a cada paso la Rosa. No era de justificación posible la aparición de este emblema, puesto que no estaba en armonía con el criterio que podía formarse cada lector. Sin embargo, de tener la Clave, claramente se hubiera percibido que al dibujar la Rosa se trataba de la representación del número 7.


De este modo, en la ROSA-CRUZ, la Rosa indica antes de nada el septenario teosófico y esto nos lleva a investigar en qué lugares y con qué motivos usaron los antiguos indiferentemente el siete o la Rosa.


Desde los Druidas hasta nuestros días, son infinitos los casos y tenemos la seguridad de que el lector conocerá algunos más de los que vamos a expresar aquí, ya que sería interminable enumerarlos todos.


En el Apocalipsis de San Juan, se habla de 7 Cabezas, de 7 fuentes de cuernos de Dios, que serán vertidas sobre los pecadores. En muchos países se cita, como símbolo religioso, a la Serpiente de 7 Cabezas. El Mundo fue hecho en 7 días y en la misma Biblia se habla de la venganza séptima contra Caín. De 7 hembras y 7 varones que llevó Noé al Arca. De 7 días en que la lluvia continuó subiendo. De 7 Corderos que se utilizaron para que jurara Abraham el tratado con Abimelech. De 7 años que sirvió Jacob por Raquel. De las 7 genuflexiones que hizo Jacob ante Esau. De las 7 vacas gordas y 7 flacas de que habla José en Egipto y de las 7 espigas de trigo y de los 7 años.


Siete días dura la fiesta de Pascua (Pasa) en que los Judíos deben comer pan sin levadura y 7 días debía quedar todo animal con la madre antes de ser sacrificado. En las Religiones de Oriente y del Occidente, figura el 7 en los juramentos, y en siglos pasados se juraba ante 7 objetos religiosos y para conseguir la absolución había que lavarse 7 veces en la Luna nueva, había que sacrificar 7 animales y, en caso de muerte, 7 parientes debían hacer guardia.


Las Parteras quedaban maculadas durante los 7 primeros días de asistir a un parto. La madre quedaba en el mismo estado durante otros siete días en los niños y en 2 x 7 siendo niñas. Siete veces había que sumergirse en el Jordán para lograr el perdón de los pecados y siete benditos caminos llevaban a Dios que eran las siete veredas estéticas que recorrían las almas.


Siete columnas tenía el Templo de Salomón y un candelabro con 7 brazos radiantes. Un Justo cae al día 7 veces. Dice Salomón que cuando uno que te odia te habla, no confíes porque su corazón alberga 7 maldades. La Biblia habla de 7 ríos, de 7 tiempos, de 7 truenos, de 7 coros de Arcángeles y archidemonios, de 7 sellos, 7 cuernos y 7 reyes.


La Iniciación de Egipto tenía 7 grados, cuyo número tomaron de ellos los Romanos. En la antigua Grecia, se hablaba de 7 sabios mundiales. De 7 Tebas y en Tebas 7 maravillas del Mundo. La Tierra está regida por 7 planetas correspondientes a los 7 tonos de la Música de Apolo, y 7 acordes unían los cielos con la Tierra.


Roma está edificada sobre 7 colinas, y antes de establecerse la República reinaron 7 Reyes. El Templo, sobre la peña Tarpeya, tenía 7 santuarios, donde se guardaban las reliquias del Imperio Romano, cuyas Leyes exigían 7 testigos testamentarios.


Siete palabras pronunció Jesús en la Cruz. Siete dolores y 7 alegrías tuvo la Virgen-Madre. Siete peticiones contiene el Padre Nuestro. Siete son los Sacramentos y 7 veces se alza a Dios en las 7 horas canónicas.


Para los Druidas, era el 7 sagrado, y en la Galicia antigua de los Escitas, los Tribunales tenían 7 jueves siempre, cuya costumbre ha continuado hasta nuestros días, exigiéndosele 7 condiciones distintas, a saber: ser sordo, mudo, de corazón, de fácil palabra, humilde, serio y lleno de temor de Dios.


Entre los Escitas y Celtas, el hombre tenía 7 cuerpos, 7 principios, 7 sentidos. Entre ellos, la niña no podía casarse hasta después de haber cumplido 2 x 7 años y el mancebo ya era hábil entonces para la guerra. Si una mujer era rechazada, después de la primera noche por impura, necesitaba 7 testigos que juraran su virginidad. Solo después de 7 años, entraba la comunidad de bienes entre los matrimonios. Si un hombre era acusado de adulterio, bastaban 7 testigos para probar su inocencia. Los Jóvenes de Irlanda y de Escocia, iban a Galicia para lograr la Iniciación, donde permanecían 7 años, y hasta entonces no regresaban a su País. Los Druidas tenían seleccionadas 7 plantas para sus curaciones y entre ellas se encontraban: el Muérdago, la Mandrágora y el Licopodio, que hasta ahora en Alemania se le llama pies de Druidas.


El número 7 es señalado en muchos escritos religiosos como 3 + 1 + 3. Es decir, la unidad va en el centro, representando que el hombre ha de ir siempre en medio de la Trinidad.


Los Judíos tenían cada 7 años la fiesta del Sabat y 7 x 7 Jubileos durante cada una de estas fiestas 7 días.


Cicerón dice del 7: Rerum omnium fere modus. El 7 es la base de todo lo existente.


La Gran Rosa Cruz, Comenius, habla de los 7 Centros o Nadis en nosotros, de los mismos que habla también, más tarde, Gichtel. Luego Leadbeater hace mención a estos Nadis, denominándolos Chakras.


Son infinitos los casos en que interviene el simbólico número 7, y para enumerarlos todos, sería preciso un libro entero, con temor aún de que algunos se olvidaran.


La Rosa, lo esencial en nuestra vida, es la encarnación de este mismo número 7, que todo lo sintetiza y todo lo abarca. Hacer que la Rosa florezca en nosotros es tanto como hacer que el número 7 encienda sus siete lámparas votivas sobre el árbol sagrado de nuestra Cruz.



 


METAMORFOSIS DE LA ROSA


Era allá en nuestros tiempos estudiantiles, cuando nos esforzábamos, en pugna con la Botánica, por conseguir sobreponernos a una asignatura que nos parecía demasiado pesada y demasiado voluminosa. Recordamos todavía que fue nuestra verdadera pesadilla y que, al fin, salimos de ella como quien arroja fuera de sí una pesada carga.


Pero no todo fue una marcha forzada por liberarnos de tanta teoría ampulosa. Algo se nos quedó y lo recogimos con aprovechamiento, siquiera para establecer más tarde, libres ya de los prejuicios escolásticos, nuestro propio y personalísimo criterio.


En las aulas se nos hablaba de esa especie de vegetales dicotiledóneos llamados Rosáceas, de las Rosoídeas, de las Róseas, de sus sépalos, etcétera, y de cuanto forma esa embrollada madeja de detalles alrededor de plantas y árboles.


Términos todos ellos abrumados de tecnicismos que ya a nuestra pobre imaginación le es difícil recordar.


Sin embargo, hemos visto luego en la práctica que para nada nos ha servido tanta sapiencia inútil. La Ciencia es así en casi todas sus manifestaciones, y así son la mayor parte de los conocimientos que forman especie de andamio para ascender hasta el Edificio mismo, pero no entrar en él. Hay que quitar, pues, el andamiaje, como hay que desechar tanto viejo prejuicio escolar si queremos un día, con absoluta libertad, ver las cosas en sí, en toda su desnudez. Ver lo esencial.


La Rosa, comienza por ser semilla. Es decir, un germen casi invisible. Una especie de polvillo sutil que nadie diría que lleva en su constitución atómica el hálito poderoso de una vida latente. Depositada esta semilla en la tierra en condiciones favorables, en situación propicia de germinar, despierta, toma incremento, echa raíces, crece, lanza brotes, tallo, hojas y finalmente, produce flores y aún frutos.


Y diríamos ahora: ¿cuándo se convierte en Rosa? ¿Cuándo es la Rosa propiamente dicha? Siempre, podría argumentarse. No es Rosa sólo cuando se nos manifiesta como flor, sino en todos los momentos de su evolución. La Rosa es Rosa siempre.


Desde el primer gránulo de semilla que la engendra, hasta que el capullo comience a abrirse, para ofrecérnosla bella y radiante. Sin embargo, con ser Rosa en todos los instantes de su desarrollo, nunca es igual. En la tierra comienza y a la tierra vuelve otra vez hecha semilla. Es una especie de círculo evolutivo el que recorre, y en esta metamorfosis hay un punto tácito, pero muy elocuente, dentro del Ocultismo. Dice un principio hermético, que lo último será lo primero.


De aquí la importancia del florecimiento de la Rosa en la Cruz. Nuestro propio vivir, la vida que nos circunda y que late en nosotros, no es más que eso: una Rosa Gigantesca que pugna por florecer dentro del Círculo mágico de nuestra existencia, de la rueda evolutiva de nuestro ser, donde se encierra la causa originaria que la mantiene en apretado capullo, que es la férrea Cruz de nuestra errante vida nómada.


Uno de los componentes principales de la Rosa es el hierro, y éste lo recibe del Planeta Marte, mientras que el sílice lo toma de Venus. El hierro es su propia resistencia y el sílice a modo de transparencia espiritual. Ya hemos dicho que los Planetas obran constantemente sobre el crecimiento de todas las plantas; pero en la Rosa, particularmente, su acción es ejercida en épocas especiales, y hasta diríamos que matemáticas, sobre cuyo significado ya nos será permitido hablar en otra oportunidad.


La Rosa es la única planta que su cultivo se debe al Hombre exclusivamente.


Todas las demás que vemos en nuestros jardines pueden existir en cualquier lugar silvestre. La Rosa, no. Ella puede florecer de manera silvestre sólo en su forma primitiva de Rosácea. Pero su gracia, su perfume, su belleza y la diversidad de sus tonos y matices, fueron formados, según la Iniciación, por los primeros Elohim.


Aquellas huestes Angélicas pregenésicas, manipuladas por Dios mismo, que fueron los primordiales Arquitectos de la gran Obra de la Naturaleza.


Por eso la Rosa ha sido FLOR SAGRADA, y como tal se le tuvo siempre en el Egipto, Grecia y Germania.


Los mismos Druidas le rindieron verdadero culto, ya que ellos sabían que fue plasmada por obra y gracia de seres divinos , y ésta es la razón genuina de los mágicos poderes que en sí encierra, cuyos poderes le son peculiares y ha venido conservando hasta nuestros días.


Arcanos todos ellos que conocieron íntegramente los viejos Alquimistas Rosa Cruz, y cuyos secretos han permanecido hasta hoy fielmente guardados en el seno de la Mística Orden. Nadie abrirá los labios de un Iniciado, aunque fuertes lazos de amistad le obliguen. Los Sagrados Misterios van de oído a oído, y sólo cuando en cada uno se ha abierto paso la Rosa en toda su plenitud.


Cuando las circunstancias sean más favorables a la Humanidad, o cuando ésta llegue a una época en que la rueda de su evolución haya ascendido más hacia la cumbre, el arcano íntimo de todas las cosas será manifestado y todos los oídos estarán aptos para oír la luminosa verdad que aún permanece velada en lo hondo del Santuario.


Desead, pues, que vuestros oídos oigan y vuestros ojos vean. Descrucificad a Cristo en vosotros y aprended las normas que en tiempo oportuno os dará la Iglesia Gnóstica, que será el mejor exponente para la nueva vida de Acuario que está a punto de comenzar.



 


LA ROSA Y NUESTRA PROPIA FISIOLOGÍA


Al hacer las excavaciones en UR, se encontraron quinientas Momias. Nadie sabe quiénes fueron los que animaron esos cuerpos hace tantos y tantos miles de años. Solo se ha podido investigar que sobre ellos, en un podio a cuyo pie descansaban las momias, había una LIRA… Es raro este símbolo. Parece decirnos que todo perece, pero que la Poesía, la Música, la Rosa, en fin, son valores eternos y no mueren… Tal vez no podamos darnos una idea, ni siquiera remota, de quiénes pudieron ser aquellas personas. Sin embargo, en todo tiempo sabremos lo que es el Arte…


La Ciencia acepta una época en la Historia de la Humanidad, en la cual aún no se ha desarrollado la Mente para la Lógica. Pudiéramos decir que era la época prelógica, prerracional… No eran entonces los Humanos seres racionales en toda su amplitud. Tenían como un vago conocimiento de las cosas y atravesaban por un verdadero delirio de los sentidos…


Vino el momento del florecimiento de la Mente y con ella la Razón, y con ésta la Lógica… Pero, he aquí que la Lógica, su aceptación, puede cambiar y variar según los usos, costumbres y criterios de los hombres; pero lo que es puramente sentido en el fondo de nuestro ser interno y que no está sujeto a razones más o menos lógicas, eso, no puede cambiar, porque es lo eterno. Es la Rosa. Es la Santa Imaginación…


Sentir, pues, es lo principal, y no raciocinar. Kayserling siente a los pueblos y no los analiza; los describe en su sentir. El Mundo Espiritual, al cual pertenecemos, es una síntesis del Mundo Material; pero en el parte espiritual reside la Rosa, y es ésta como un idealismo metafísico.


La Rosa es la cosa en sí mismo, es el imperativo categórico…


La Rosa, como la Naranja, está destinada a producir frutos para la procreación; pero antes de darlos, antes de producirlos, por ejemplo, la Naranja, ofrece su flor de azahar, sus rosas en flor. Y es que la Naturaleza, antes de ser útil, es artista y la esencia de ese Arte y de esa Hermosura está representada por la Rosa…


Dentro de la Naturaleza misma, dentro del Cosmos infinito, existe una sustancia y esta sustancia imponderable, mágica, única, es el Logos o Christo cósmico, que a todo anima y da vida y a todo lo mueve y lo conmueve con sabio dinamismo. Esta es la Rosa…


Por eso los Alquimistas le dieron tanta preponderancia, pues a más de servirles como símbolo, sabían que el alcaloide, el arcano que encierra, tiene tres virtudes grandiosas y su síntesis sirve para prolongar la vida…


La Rosa, por consecuencia, es lo esencial. Es el elemento constitutivo de las cosas. La Humanidad ha seguido siempre la Cruz, la vía material, sin fijarse en lo que es esencial: en la Rosa.


Vivimos en un tiempo en que todo cuanto nos rodea tiene un tinte mecánico.


Basta tocar un botón para que venga la luz. Un auto nos espera a la salida de nuestro domicilio para acortarnos las distancias. Una película parlante nos asombra dándonos sensaciones reales de la vida. Pero nada de esto es lo esencial para nuestro verdadero YO.


Colectivamente, hemos tenido una ventaja. La aparición de tanto mecanismo ha libertado a muchos seres de la esclavitud, aunque esto sólo sea aparentemente, pues si quisiéramos gozar hoy de todas esas comodidades actuales, habríamos de emplear cada uno de nosotros un número de 125 esclavos.


La máquina ha llegado a dominarlo todo y por eso la Ciencia ha venido a considerar nuestro cuerpo como otra máquina en la que, en vez de carbón, se usan alimentos que darán más o menos calorías y vitaminas, según su calidad. Hay hoteles en los Estados Unidos en que diariamente dan a conocer el análisis de los platos del día, y de este modo puede cada uno regular con conocimientos de causa su propia alimentación.


El hombre empezó por aprovechar la fuerza de los animales. Luego, la de los elementos de la Naturaleza y, por último, ha venido la Máquina a animarlo todo. Así, vemos que en una Fábrica moderna como la de Ford, cada uno de los operarios no tiene más que hacer un solo movimiento, una sola actividad, y de este modo él mismo se ha convertido en Máquina. No es en este caso la Máquina dominada por el Hombre. Sino el Hombre dominado por la Máquina. En la Rusia Soviética, hasta Templos se han levantado ya, donde se exponen Máquinas como objeto de veneración…


La Máquina-Hombre, al comer, destruye tan sólo la forma de la planta que engulle y digiere. La esencia queda, y así el Hombre, dominado por la máquina, no ha perdido la esencia divina que es la Rosa. Pero la técnica moderna la ha adormecido, no la deja desarrollarse ni florecer, y en esto hemos retrocedido al abandonar la Naturaleza. He ahí por qué la labor Rosa Cruz en este sentido es siempre de sorprendente actualidad.


Dentro de nuestro sistema, donde todo es puro dinamismo, donde realmente puede existir la comparación con una máquina o Fábrica, hay un Laboratorio constante, muy delicado, donde se forman las Hormonas de una Rosa de siete pétalos, tomando la forma que expone el dibujo de la página siguiente.



1) La Epífisis – 2) La Hipófisis – 3) El Tiroides – 4) Los Cuerpos Epitelares 5) El Timo – 6) Los riñones suplementarios – 7) Las Glándulas Sexuales


Aclarando más este esquema, diremos que:


La Epífisis es el centro del sentir. La Hipófisis, el centro nervioso. El Tiroides, el centro de la Respiración. Los Cuerpos Externos, el centro de la circulación. El Timo, el centro del metabolismo. Los riñones suplementarios, el centro del movimiento y Las Glándulas Sexuales, el centro de la reproducción.


El modo cómo trabajan estos cuerpos glandulares entre sí es, ciertamente, curioso.


El Timo está sujeto a la evolución y regulariza el metabolismo, aunque se reduzca para siempre. Hay épocas en que el Tiroides toma la función del Timo y da la parte esencial con la respiración. El Tiroides ofrece siempre una secreción rara. Vista con el Microscopio, la observamos en todo momento con la forma de unas orejas, como son reales medias lunas las hormonas de los riñones suplementarios vistas del mismo modo. El Tiroides produce YODO líquido, que no se conoce en otras partes, en verdadero estado coloidal.


Por consecuencia, viendo y observando las Hormonas al tiempo de verificar una concentración, podemos apreciar los colores de los Tatwas, y si se unen entre sí, como sucede en las experiencias de la Plasmogenia, resultan Rosas propiamente dichas.


Tenemos por todas partes la Rosa. Siendo ella y representado lo estrictamente esencial de todas las cosas o el Verbo encarnado en todo lo existente, no sólo está sustancialmente en nuestra Mente, en nuestra vida del Espíritu, sino hasta en nuestras funciones fisiológicas.



 


SOLVE ET COAGULA


Constantemente fluyen en nosotros dos corrientes. Una viene del Cosmos, de arriba. La otra de la Tierra, de abajo. La primera tiene su antena en la Glándula Pineal, y la segunda en las sexuales. Al encontrarse ambas en el Plexus Solar, chocan y entonces el Vidente observa como la formación de una ROSA, sobre todo en aquellas personas que hayan hecho algunas prácticas. Parten luego de allí a la cintura, a los riñones, y así se forma la Cruz con estas corrientes.


La Glándula Pineal, resuena algo y da el tono de Iiiiii. El Plexus Solar de Aaaaaa y los Testículos u Ovarios de Oooooo. Hasta observando esto mismo con los rayos X, se ven ciertos remolinos al pronunciar esas vocales y es un fenómeno que cualquiera de los lectores puede comprobar con un aparato moderno.


La corriente cósmica es impulsada por el Sol y Júpiter, mientras que la de la Tierra lo es por Saturno.


En tiempos de la Atlántida, se recogían conscientemente esas corrientes, y al orar se levantaban ambas manos como lo hacen los Árabes. El Mundo, poco a poco, fue olvidando esa actitud y las manos cayeron para hablar con el Ser Supremo. Hoy, el manejo de estas corrientes, es obligatorio para los Rosa Cruz, y son utilizadas por todos aquellos que quieren adelantar.


Solve et coagula, dice la Ley Rosa Cruz, para lograr la Piedra Filosofal. Es decir, recoge las fuerzas y domínalas, aprovéchalas, porque si no las dominas, te dominarán ellas a ti. Para ello, debe haber un justo equilibrio a fin de que la Rosa pueda formarse en el Plexus Solar. Porque si es más fuerte la corriente que viene de abajo, resulta que tapa la región del Plexus y el carácter del hombre se torna materialista, duro, grosero, pleno de egoísmos. Contrariamente, si la corriente venida de arriba es más intensa, al chocar en el Plexo, hace que el hombre se convierta en un ser místico, enfermizo, fanático… Hay que buscar, por tanto, el equilibrio para lograr un justo medio.


En las Pirámides de Egipto, se encuentra un ojo parecido al que vemos como ojo de Dios en la Masonería. He aquí un secreto masónico que ahora se publica por primera vez y que muy pocos Masones conocen.


Ese ojo tiene una inscripción que en egipcio dice así: PHE VIMM DSACH. Que se podía traducir de tres modos: La mano derecha de Dios; las Alas de Dios, o el Ala derecha de Dios.


Los Clarividentes ven alrededor de la Cabeza, como dos alas, exactamente de la forma de los párpados, y en el centro un disco que corresponde al disco solar.


A este respecto, existen unas prácticas que pertenecen al secreto iniciático y, por consecuencia, no puedo darlas en este lugar. So lo diré que una vez despertados los Chakras, todos resuenan con el antiguo y poderoso Mantram egipcio, que se pronuncia FE UIN DAGI. Esta última palabra gutural.


Los griegos reconocían a Dionysos como una de las Deidades más antiguas, y Homero comete el error imperdonable de hacerlo aparecer como DIOS DEL VINO… Pero Dionysos es, por el contrario, el Soma de los Hindúes, el rayo o corriente divina que a todo abrasa, y Nietsche, nuestro gran filósofo, vuelve a emplear ese mito en su Filosofía. Aplicado Dionysos como Mantram, atrae las corrientes cósmicas; ahora que cada época tiene su tonalidad distinta y desde que entramos en Piscis con el Cristianismo, ese Mantram es Johanes, Juan.


Al hacer ejercicios mantrámicos con estas dos palabras, Dionysos y Juan, vuelven a formarse en nuestra Aura, las Rosas. Pero ya hoy, vamos entrando en la época de Acuario… En esta época nacerá una fuente maravillosa de múltiples surtidores espirituales y la Humanidad tomará un cambio insospechado todavía, hacia una vía espiritual, abandonando por completo el camino grosero que hasta hoy ha traído en su carrera. Por eso, es nuestro empeño más tenaz, en que todos nos prepararemos a tiempo y hagamos que las Rosas florezcan en nuestra Cruz…


Voy a dar algunos ejercicios de principio que indudablemente han de ser útiles para todos los que hasta ahora no se han ocupado de estas cuestiones.


Uno de ellos, es el constante recordar los acontecimientos pasados… Si nuestro subconsciente es como una placa fotográfica, donde todo queda impreso, nos es muy conveniente esforzarnos mañana y tarde en hacer una introspección en nuestras causas interiores y retrotraernos al pasado. Por ejemplo. Quiero recordar qué cosas o qué acontecimientos me sucedieron hace un año. Es por ello conveniente comenzar por lo último que hemos ejecutado y seguir hacia atrás, como un film que se proyectara al revés, hasta tropezar con el acontecimiento que se busca. Observaremos que en el transcurso de esta investigación, vamos tropezando con hechos y causas que rodearon a todas cuantas circunstancias nos envolvieron, que seguramente estaban ya olvidadas o en las cuales no nos fijamos al suceder los mismos hechos.


Con esto se pretende hacer que florezca nuevamente nuestra memoria en todo su apogeo y que ella pueda recordar todos los instantes vividos. Pues si la falta de memoria no fuera actualmente una enfermedad endémica, cuantas cosas nos sucedieron y cuanto hemos leído… Por eso, el hacer que las Rosas florezcan en nuestra Cruz, es también sinónimo de esforzarnos en gozar de todas nuestras facultades intelectuales mediante la conciencia de nuestra memoria subconsciente…


En nuestra conferencia de América sobre el YO INTERNO, llamé la atención sobre la diferencia existente entre el Yo común y el Yo mágico. Con el Yo divino se hacen las manipulaciones mágicas, y siendo él mismo la ROSA INTERNA, a él hay que llegar…


En verdad, que la Fraternidad Rosa Cruz, recomienda varias prácticas a este respecto; pero comprenderán nuestros lectores que no son susceptibles de darlas a conocer en un libro impreso. Las verdaderas prácticas ocultivas que puedan tener una indudable eficacia, no es posible darlas a conocer más que al estudiante-discípulo, y para eso, individualmente y con cierta medida, según lo vaya mereciendo y resolviendo…


Una práctica, por ejemplo, asequible a todos y que es precisa para obtener una buena disposición es la siguiente:


El Yo interno va constantemente encerrado dentro de la cáscara o envoltura que le ha puesto nuestro Yo exterior. Sin embargo, de esto, no nos es posible retener en nuestra imaginación, a pesar de que está a nuestro alcance, cuál es nuestra propia fisonomía en sus más vivos y precisos detalles. Conocemos la de los demás que nos rodean y por eso podemos decir que Fulano se parece a Zutano, pero jamás diremos que nosotros nos parecemos a nadie.


A este respecto, es muy necesario mirarse cada día en un espejo durante media hora, si ello es posible, porque no es tiempo perdido. Pero no es conveniente asomarse al cristal que ha de reflejar nuestra imagen, como lo hacen las mujeres, con coquetería… No. Ha de ser con ojos de ocultista, de analítico. Con ojos de investigador que busca algo esencial tras la forma grosera más o menos bella.


Hay que mirarse al espejo, y tratar mentalmente de encontrar lo que está detrás inmediatamente de nuestra retina. Hay que concentrarse tranquilamente sobre uno mismo y pensar, al mismo tiempo, sobre todos los valores internos, sobre toda la valía moral, y ver de pronto como una especie de fluido alrededor del propio cerebro. Entonces hay que concentrarse más intensamente sobre la frase YO QUIERO y decir:


Yo soy voluntad… Todo cuanto yo quiera, he de realizarlo. Soy un centro magnético que a todos atrae. Soy un acumulador de poder, de fuerza, de vitalidad, de suerte y de fortuna… A mi nada me doblega ni nadie me somete. Yo me siento Campeón de la Voluntad. Donde yo vaya, dejaré siempre destello de luz y de energía…


Este ejercicio se repite hasta conseguir que tome forma plástica y real.


Sin embargo, como somos, en efecto, vivientes acumuladores de energías y algunos de nuestros discípulos pueden llevar este ejercicio a la práctica con todo aprovechamiento, insistimos en recomendar que todos los poderes que se adquieran se utilicen siempre en beneficio del prójimo necesitado y aún en el nuestro propio, pero que nunca sea, jamás, en perjuicio de un semejante nuestro.


Tened en cuenta que el BIEN forzará el capullo de vuestra Rosa para que se abra. EL MAL, en cambio, os alejará de la Rosa, tan larga distancia, que tal vez no se os permita de nuevo emprender el camino…



 


EL OPTIMISMO, LA MÚSICA Y LA ROSA


Quisiéramos dejar en este Capítulo bien expresado, a cuánto alcanza nuestra dedicación y sincero amor por lo que llamamos optimismo y música.


Lo primero, viene a ser para nosotros, como un amuleto, como un poderoso imán de la buena suerte, como una panacea universal de efecto indudable, cuyo éxito es seguro dentro de la tribulación borrascosa de cada alma. Para nosotros los Rosa Cruz es nuestra más querida mascota, y debiera serlo también para todo espiritualista que crea en el poder de las fuerzas mentales.


Vamos a explicarnos.


Los Teósofos de la Escuela Oriental nos han importado y han tratado de popularizar las ideas de Karma y Reencarnación… Ideas éstas, que verdaderamente, con una u otra interpretación, han sido aceptadas por todos los sistemas religiosos. Pero tachamos de improcedentes los medios de propagación, porque en ellos vibra una tonalidad triste, oscura, discordante, de un pesimismo absurdo, que siempre es peligroso…


Consciente o inconscientemente, hemos cometido errores en nuestras vidas pasadas y la espada de Damocles pende rígida en amenaza perpetua sobre nuestras cabezas, pues esa Ley de Karma castiga en efecto, y su castigo abarca todos los actos de nuestra vida para ofrecernos más tarde, en vidas venideras, su dulce recompensa. Es otra vez la amenaza constante de un Infierno y de un Cielo, que han sido los temas explotados con pingües beneficios por todas las religiones.


Es nuestra costumbre forjar proyectos y desecharlos después. Establecer principios y abandonarlos luego. Proponernos una cosa y hacer más tarde otra distinta. Edificamos y reconstruimos, almacenando esperanzas, y luego todo nuestro edificio ilusorio se viene abajo, al menor soplo, para caer rendidos en brazos de la desilusión. Pero no observamos que entre todo este ir y venir, entre este pro y este contra, va perennemente un hilo negro de pesimismo dañino, que es el que no nos permite que la idea buena, bien concebida, bien orientada, llegue a cristalizar…


Verdad que hoy, más que nunca, estamos rodeados de peligros y miserias y jamás la situación económica del Mundo ha sido tan mala como ahora, después del nefasto tratado de Versalles, que ha sido un castigo indudable para todos. Pero nos preguntamos: ¿Es útil, es bueno, es edificante ver siempre el lado oscuro, el lado negativo de las cosas? No. Mil veces, no.


El autor goza del sobrenombre de Apóstol del Optimismo, que es predicado a toda costa, y podemos asegurar que ha sido y será siempre nuestro más poderoso amuleto. Con él fuimos urdiendo y bordando nuestro futuro, y así se va realizando poco a poco de una manera admirable.


Sonreíd siempre, lectores queridos. Que la más sana alegría corone todas vuestras empresas, y grabad siempre en vuestro propio corazón, como una Rosa luminosa, el más sano optimismo. El os llevará y os guiará a través de las malezas del camino, y cuando la noche sea más tormentosa y cruel, cuando sea más oscura y llena de tinieblas, se encenderá como un faro para alumbrar vuestra senda llena de sonrisas y de amoroso júbilo.


Lancemos a diaria, en cada hora, a cada instante, ideas de éxito, de conquista, de bienestar. Sintámonos vencedores y no vencidos. Disparemos con nuestra antena ondas de buena suerte, y ella os llegará atraída por la corriente homogénea.


Si las Logias y Centros que hemos organizado juntamente con la Iglesia Católica no tuvieran otro objeto que repetir y enseñar siempre cuáles son los resultados del optimismo, bastaría esta sola Obra para justificar ampliamente su existencia, pues si todos los hombres optimistas se unieran y lanzaran sus fuertes vibraciones en ese sentido, se salvarán naciones y pueblos enteros.


Hagámoslo así. Seamos los portavoces del optimismo para el Mundo y tratemos de construir en forma plástica un modo mejor de vida. No veamos nunca por el lado oscuro de las cosas. Sea nuestra mirada para los grandes horizontes, claros y abiertos, que un rayo de Sol va tiñendo de rosados matices. El escepticismo, el pesimismo, están simbolizados por la Rosa hundida en la Cruz.


Hagamos que ésta florezca…


Por eso consideramos que la Música es el mejor vehículo de expresión, por ser el Arte Supremo por excelencia, y el que mejor puede darnos la sensación de un optimismo francamente espiritual…


Una vez en América, tuvimos ocasión de tratar a un Ocultista al cual le era indiferente la Música. Durante una amena conversación sobre este Arte con varios de nuestros discípulos, hubo de confesar que no sentía impresión alguna al oír tocar una Obra de Música y que no podía diferenciar la buena de la mala… ¡Pobre de él!


Le dijimos, entonces, que no servía para nuestra Escuela Rosa Cruz. Que la Música era una vía para la Iniciación y que todo Rosa Cruz, si no sabía pulsar un instrumento, si no sabía hacer Arte Musical, al menos debería sentirlo…


Tenemos tres figuras Rosa Cruz que fueron contemporánea: Mozart, Haydn y Beethoven. El primero, más viejo y experimentado, sorprendió a los otros con su célebre Flauta Encantada, bien conocida, que representa una Iniciación del Egipto, sobre todo, cuando es interpretada por otro músico ocultista, pero moderno, llamado Weingärtner. Haydn, tanto en sus Siete Palabras, como en El Diablo Jorobado y en sus Misas y Oraciones, llega a esferas superiores. Pero lo que es más interesante y de más útil eficacia para nosotros, es su optimismo, su alegría franca, que nos contagia, hasta en sus Misas…


Para la Iniciación se requiere un adelanto espiritual que sólo se conquista con la ceremonia iniciática dentro de la Logia Blanca. Co n lecturas no se consigue nada, aunque agotemos toda una Biblioteca adecuada. Ni con meditar, como pretenden los Teósofos, conseguimos dar el menor paso. Solo hay una excepción, y ésta es la Música…



 


INICIACIÓN


Haydn llegó a ella, como Beethoven, mediante su inspiración y sentimientos musicales, y Mozart, como Wagner, trabajaron activamente en La Orden. No hay datos que sepamos de que Mozart invitara a Haydn, a los que unía un íntimo lazo, a practicar, ni habría tenido tiempo para ello. Pero lo que sabemos es que, durante su larga estancia en Inglaterra, estuvo relacionado con nuestros hermanos Rosa Cruz.


Bebed, lectores y discípulos, en la fuente musical de estos grandes hombres.


No quisiéramos hablar de los Compositores Españoles, pero con la sola salvedad del moderno Apóstol de la Música: Maestro Falla, habríamos de decir que lo que en España se tiene por Música, no lo es; sobre todo, los sensualismos y gitanerías, que ofrecen los autores de Zarzuelas. Esto es Obra del Mal. Hace más daño que beneficio.


La Música alemana es otra cosa. Díganlo, pues, los españoles, que tanto tardaron en reconocer el mérito grandioso dl malogrado Usadizaga, con sus GOLONDRINAS, verdadera música wagneriana, que el joven artista había asimilado en sus estudios del Conservatorio de Berlín. Y aunque Leadbeater repita la condenable mentira de las manos cortadas a los niños en Bélgica por los soldados alemanes, nuestros Músicos demuestran, con su Obra, que no somos esos temibles salvajes y que aún se puede aprender algo de nosotros.


Optimismo y Música. He aquí dos caminos iniciáticos. Dos sendas de redención que una mano invisible va cubriendo de Rosas…



 


LA ROSA Y LA VERDADERA ORACIÓN


Si la palabra Religión procede etimológicamente de religare latino, su significación más estricta será la de volver a unir, la de volver a enlazar al hombre con la Causa primera que lo ha creado…


Esta suprema e indudable aspiración, como un Ángel de la Guarda, camina al lado del hombre desde la Cuna al Sepulcro, y en todos los instantes de su vida procelosa habla a su oído para que no olvide este santo deber, único y primordial, que le es impuesto como imagen de Dios…


Pero el hombre, ebrio de los deleites de la vida, apasionado con los placeres artificiales que él mismo se crea para halagar su parte de materia, que es la única que da valor y preponderancia, no escucha esa voz santa que a cada momento le está gritando: Ora… Ora…


Y sigue su ruta –esa ruta falaz que nos trazamos por una inconsciencia buscando aquí y allí, como un santo sendero, como una oculta felicidad que se le ha perdido y no la encuentra… Bebe en los senos de las mujeres en flor, agota la fruta prohibida hasta caer rendido al pie del árbol, se sume en el alcohol como dicha fugaz y artificiosa, recurre a la crápula más soez, y cuando torna manchado, rendido, impotente, con el alma rota y el cuerpo maltrecho, entonces se acuerda que pudo existir una vereda de salvación que no siguió a tiempo, y la desesperación más tenaz hace presa en su propia carne para hacerle un idiota o conducirle al suicidio…


La Humanidad actual, lleva una carrera vertiginosa. No se para. No se detiene. Su afán es acortar todo lo distante y llegar pronto. Pero, a la llegada cesa el afán y la desilusión de lo conseguido pone un tinte de tristeza en cada alma.


El vicio sigue corroyendo los cuerpos y las entrañas del Ser. El hombre, la mujer misma, anda a la caza constante de un momento de voluptuosidad y cuando lo consigue, cuando todo está saciado, da la razón a Ovidio: Post coitum omnia animalia tristia… Y es que el Santo Sacramento de creced y multiplicaos, ha cedido su paso al vicio execrable de un mísero placer, tanto más amargo, cuanto más repetido, sin observar que ese santo privilegio concedido por Dios, es una dulce dádiva que sólo debe utilizarse en los instantes cumbres de rendible homenaje…


Torna, ¡oh, Hombre!, de tu vertiginosa carrera. Párate. Escucha tu propia voz. Date cuenta del fin para que fuiste creado. Mira a la Naturaleza. Observa todas sus bellezas y extásiate ante el ave cuyo blando gorjeo llena el bosque de rítmica armonía…


Luego, ojea la planicie. Vuelve la vista atrás. Por allí, vienen rugiendo tus hermanos. No tienen pan. Hay hambre y sus pequeñuelos lo piden. Caminan bajo la nieve, y las carnes juveniles les tiritan de frío. Entonces, ¡oh, Hombre!, álzate y ten un gesto de virilidad, de hombría de bien y rebélate contra ti mismo, contra lo que tú has creado, contra la misma Sociedad desaprensiva. Tiéndeles tu mano y derrama dos lágrimas amargas.


Entonces… Ora.


Mira. La Oración es el místico camino de las Almas y el Ser Humano necesita a cada instante de ella, porque es el único vehículo de comunicación con Dios.


Pero, fíjate. No es esa Oración la de todas las Religiones, donde se repiten inconscientemente frases y palabras de hueco sentido, creyendo que ellas tan sólo son capaces de ablandar el corazón de un Dios, puramente comerciable, llevándole con absurda apariencia dos velas míseras o autorizando a un Sacerdote por unas monedas para que perdone los pecados y conceda privilegios. No es esa la Oración.


Eso es indigno, porque Dios, la Suma Omnipotencia, queda rebajado con este pauperismo estulto.


La Oración es algo más grande, más íntimo, más callado, más profundamente callado… El que ore, debe dar sin aguardar recompensa. Esta vendrá luego a modo de salario, que cada uno recibe sin pedirlo, y serán sus Obras las que reclamen el precio…


Nuestra Oración debe ser dirigida, cada día, hacia las fuerzas cósmicas con todo fervor y fe, y cuando estemos saturados del ambiente divino que ellas derraman sobre cada uno, entonces es cuando debemos solicitar la dádiva. Es decir, que nos penetren, que nos llenen de su santa influencia, que nos envuelvan con su dulce bienestar para que la espiritualidad sea carne de nuestra carne y la enfermedad, la desgracia, el fracaso, se detengan a nuestra puerta.


La Oración, además, no debe ser un hábito ni una rutina, sino una fervorosa expansión del Hijo que pide al Padre o del Alma que trata de fundirse al Espíritu Inmenso que todo lo inunda…


En la Oración, se debe sentir uno como diferenciado y, sin embargo, unido a Dios –como parte que somos de la Divinidad,- para lograr el dulce éxtasis que ha de abrir nuestra Rosa bendita…


Y esta ha de ser la obligación de cada día. Si nuestro tiempo es corto, basta un simple recogimiento mental. A veces, la Poesía, la Pintura, la Música, un Paisaje de la misma Naturaleza, son bastantes para hacernos sentir y, en ese momento, estamos en Oración, en plena unión con Dios mismo…


Si en cada Oración hacemos Magia Divina, pedid en todas ellas por vuestros enemigos. No hay más grato placer… Pero pedid también por todos. Por los que nos aman, porque nos comprenden, y por todos aquellos que nos odian, porque no nos comprenden.


La Rosa –vuestra propia dignidad latente- irá abriendo sus pétalos en el hilo de las horas y poco a poco os sentiréis dichosos. Entonces, la Felicidad que buscáis en vuestro vértigo será realizada y a la vuelta de un camino, cuando menos lo esperéis, en choza humilde o en suntuoso palacio, os gritará: AQUÍ ESTOY.



 


EPILOGO


Lector querido:


La Rosa Esotérica ha terminado, y con ella mi tortura infinita de no ser más explícito en asunto de tanta trascendencia… Cuando el Maestro habla, la Rosa pone sobre sus labios angustioso sigilo y la Esfinge se alza ante él con el dedo en el labio para recordarle su deber de silencio…


No es posible hablar más… Que estas pequeñas normas, trazadas para ti, sean como una Vía Láctea en tu sendero y ellas te ayuden a cultivar tu jardín para que una nueva Primavera lo hagan florecer con Rosas Luminosas.


Ve y medita. Estudia y observa y no rompas, jamás, el ritmo de la Naturaleza. Todo en ella es Armonía, Arte misterioso y sublime; un Verso mágico, como un rayo de Sol, cruzando los bellos horizontes y tú –ente divino- tienes el deber de contribuir rítmicamente a esa Armonía…


Labra tu Piedra y sé sereno… Si tu Espíritu está sereno, porque tu Piedra fue labrada, podrás asomarte al alma de todos los Humanos para observar sus contrastes de Luz y de Sombras. Acabará para ti la rudimentaria y frívola manera de ver las cosas y tu personalidad se ensanchará, rompiendo los límites de tu objetivo para que veas en plena luz.


Hay que ser libres. Romper las cadenas que nos atan, para arrojar fuera de nosotros la Cruz de nuestros viejos prejuicios, y estar exentos de todo bagaje, de cada carga que pueda aprisionarnos. Así sentiremos sobre nuestros hombros dos alas gigantescas que se agitan y estaremos aptos para el menor impulso de vuelo.


Tal vez un día, no lejano, cultivando tu Huerto Florido, sientas la gloria del éxtasis, y entonces verás qué sagrado terror y qué amoroso deleite tiene este dulce Shámadi para tu alma, cuando se sienta desprendida. Las horas dejarán de ser lo que son, dentro del orden del Tiempo, y bajo el arco triunfal de la otra vida penetrarás cubierto de Rosas. Ni el antes ni el después, tendrán razón para ti. Todo será uno en la quieta beatitud de ese instante donde todo se hermana, hasta el placer y el dolor, para buscar la Unidad, que es la nota mágica de toda Belleza…


Toma este Libro por guía… Que sea tu Breviario de cada hora. Lo que en él está callado, como deber de sigilo, pregúntaselo a tu Ego Interno. Húndete en ti mismo y háblale. El lo sabe todo y podrá intuirte otras normas. Así serás como aquel discípulo mexicano, a quien el Santo Maestro le expuso en sueños el más grande y secreto misterio de la Rosa…


Que los siete caminos estéticos que van hacia la Divinidad, se abran a tu paso para…


¡¡¡Que las Rosas florezcan sobre tu Cruz!!!


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lrurroz@hotmail.com

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